bilbao - En cuestión de horario ha salido ganando; en vez de levantarse a las 2.30 de la madrugada todos los días para presentar el informativo matinal, lo hace a las 4.30. Con sentido del humor, dice que se levanta antes que los panaderos y que sabe sacarle chispas al día aunque su horario de acostarse no vaya al compás que el de la mayoría de los ciudadanos. En invierno se acuesta a las 7.00 de la tarde y ahora a las 10.00 de la noche, al acabar el último informativo.
¿Verano sin vacaciones?
-Bueno, las vacaciones las tienes igual, lo que ocurre es que no coincides con todo el mundo. Lo que he hecho ahora es adaptarlas, partirlas. Pero siempre he sido de coger las vacaciones en temporada baja.
¿No le gustan las aglomeraciones?
-Exacto. Julio y agosto me espantan un poco porque hay mucha gente. No he tenido ningún problema en dejarlas para septiembre.
Madruga menos de lo habitual, si es que se puede decir así.
-Ja, ja, ja? Sigo madrugando, las 4.30 de la mañana es una hora que da todavía un poco de escalofríos, pero comparado con el horario que llevo el resto del año, cuando me levanto a las 2.30, se puede decir que madrugo menos. Unas dos horas de diferencia.
¿Eso no es inhumano?
-Es trabajo, y qué quieres que te diga; ahora voy más con la luz del sol que es lo que nos pide el cerebro a todos. Digamos que he mejorado.
Esther, ¿cómo es capaz de llegar viva a los viernes con estos horarios?
-Siendo disciplinada e intentando irte a la cama prontito para que te salgan las horas de sueño al día. Al final, te tienes que poner delante de una cámara.
Se le tienen que caer las ojeras al suelo, ¿mucho maquillaje?
-Ja, ja, ja? Si duermes el tiempo estipulado, no. Pero no todo es cuestión de imagen, tienes que estar también lúcida para controlar todo los temas, conducir a los contertulios, etc.
¿A qué hora se va usted a la cama?
-Con el horario de Espejo público, me voy a dormir sobre las 10.00 de la noche?
Si es casi de día?
-Ya, pero no hay más. Me veo el último informativo del día, el de las 9.00 de la noche, y a las 10.00 ya estoy metida en la cama.
Así que vida social, menos 25.
-Más o menos, mi vida social entre semana es muy poca. Durante el invierno, cuando estoy en el informativo matinal, como me levanto a las 2.30, me tengo que ir a dormir a las 7.00 de la tarde. Eso sí que es ir completamente del revés.
¿Da vértigo sustituir a Susanna Griso?
-Ahora lo he normalizado un poco, entre comillas. Estuve en Navidad y también en Semana Santa, así que es la tercera vez que hago la sustitución. He terminado la tercera semana de verano y voy cogiendo el ritmo de sueño y del programa. Tengo más cogido el truco del formato.
¿Coger el pulso a los tertulianos es más difícil?
-Bueno, son todos muy diferentes, pero creo que estoy un poco más hecha y habituada. Al principio, sobre todo en Navidad, cuando me lo propusieron, y fue de una semana para la siguiente, fue un vértigo absoluto. Aunque yo había trabajado en Espejo público, lo conozco desde la trinchera, he sido redactora en este programa.
¿Le pesa más ser la presentadora?
-Pesar no es el término. De hacer tus reportajes a ponerte delante de la cámara tres horas por programa, son palabras mayores. Sobre todo si es cubriendo a una persona como Susanna Griso que tiene ya un prestigio, tiene una gran entidad y llena la pantalla de una manera impresionante; y de repente, te ves tú ahí.
¿Impresionada?
-Sí, claro. Piensas: Yo lo voy a dar todo. Y es lo que hago, pero impresiona mucho.
Ahora no hay meses de sequía o julios y agostos con ocasionales serpientes de verano.
-Antes teníamos la sensación de que los programas de verano eran más frescos, más ligeros; con más temas de vacaciones, piscinas o los típicos vídeos de operación salida y llegada a la playa.
La política ya no cierra por vacaciones en agosto.
-Este verano no. El programa no se diferencia mucho de lo que suele ser en invierno en cuanto a contenidos. La agenda política apenas ha parado, se nota mucho que estamos en un año electoral. Este año no cierra el Congreso de los Diputados. También hay Presupuestos Generales del Estado, en Cataluña están cómo están con el tema de las elecciones autonómicas? No hay serpientes de verano, hay informaciones puras y duras.
Vamos, que no hay cabida para la frivolidad.
-No. Además, siempre hay sucesos, no faltan nunca; hay temas de investigación y muchas noticias. ¿Frivolidad? No, que no haya temas de otros meses no significa que vayamos a lo frívolo, sí a algo más ligero. Yo pensaba que tendríamos que rompernos la cabeza algún día para llenar tres horas, pero hasta ahora vamos sobrados y tenemos donde elegir.
Supongo que prefiere esta inundación de temas a las sequías informativas de verano, ¿no?
-Por supuesto, de elegir me quedo con la inundación, prefiero tener donde elegir que el típico rellenar por rellenar.
El exceso de abundancia también puede resultar difícil de digerir.
-No pasa nada, apretamos un poco la escaleta del programa y que quepa todo lo que se pueda.
A la titular de ‘Espejo público’ le apasionan los temas políticos y económicos y se nota en el programa. ¿Usted qué prefiere?
-Me gustan mucho, cuanto más me meto en ellos, más me convencen. Ahora en la tertulia política tienes que estar muy puesta y centrada e intentar dominar todo para que cuando un tertuliano dé un giro, sepas de qué habla. Cuanto más sabes de política y economía más te engancha.