En el madrileño Teatro Calderón, Paco León se asoma al escenario para convertirse en un particular maestro de ceremonias. The Hole (El agujero) está siendo una de las sorpresas más canallas de la temporada. Justo detrás del citado edificio de la plaza Jacinto Benavente, los cines Yelmo Cines Ideal proyectan, junto a Spiderman (en 3D y versión original), la primera película que dirige: Carmina o revienta.

En esta ciudad ha conocido la gloria y una repentina ascensión desde que un buen día enviara un vídeo a un reconocido representante en el que ofrecía su arsenal interpretativo; tardó poco tiempo en convencerse de que estaba ante un prometedor actor cómico. Un intérprete que ha pasado detrás de la cámara para arrasar e insuflar (en el término más simbólico) la maltrecha industria cinematográfica estatal. Porque Carmina o revienta es una obra colosal, graciosa, fresca y original. Realizada a imagen y semejanza, desde la clave de la ficción, de Carmina Barrios, la madre del actor. Ella es la auténtica protagonista de una película que mezcla con excelentes resultados la astracanada, las vivencias personales y la ficción.

Paco León, desde el conocimiento de su madre y de las posibilidades brutales que tiene la exageración para narrar historias, busca constantemente esos brotes de autenticidad y gracia. Porque en esta comedia surrealista la palabra asume su inventiva más pura. Carmina seduce a la cámara con su desparpajo y tronío en una película que gustaría tanto a John Waters, Los Morancos o Jaime Rosales (o casi).

MAL HABLADA

La estelar aparición de Carmina, entre santos, jamones y una verborrea desternillante, desaprueba la idea canónica de las comedia de situación. Carmina, con el humeante cigarro de su pitillo, crea experiencias y risotadas que son de agradecer. Carmina o revienta, protagonizada por esa singular y exagerada matriarca, basta, mal hablada, cuenta relatos de sí misma e intercede en un mundo al que ella imprime su propio carácter.

Paco León no homenajea a su madre; en todo caso es la madre la que homenajea a su hijo. El popular actor tiene la virtud de controlar la progresión de la narración: sabe cómo se debe mirar o sortear la cámara, cuándo soltar la primera gracia y rematar la faena.

Carmina Barrios tiene esa capacidad inaudita de algo tan básico y difícil como atrapar al espectador. Como cuando cuenta cómo empezó a fumar los primeros pitillos, a los siete años al lado de su abuelo. Y desde esa primera confesión hasta la última, en una tentativa tras otra, Carmina o revienta estimula la risa y el ingenio. Poco importa hablar aquí de puesta en escena o de su herencia televisiva. Estamos frente a una película sin dobles lecturas, directa y hábil.estreno simultáneo Paco León se ha estrenado como director de cine, pero aun más importante que su opera prima es su idea sobre un negocio que tanto ama. Triunfadora en la pasada edición del Festival de Málaga (Mejor Actriz, Premio del Público y Mención Especial del Jurado), se ha estrenado simultáneamente en internet, salas de cine, DVD y televisión a la carta.

Su decisión, arriesgada y a contracorriente, no ha gustado a ciertos productores que quieren seguir controlando un modelo de negocio tradicional que suspira por las salas comerciales, aunque el filme aguante tan solo una semana. Paco León tenía claro que la solución venía de ofrecer una diversidad de plataformas para su visionado, y así, como constatan de la productora, cada uno podría elegir "el formato que más le guste o más interese a su bolsillo o a su disponibilidad, sin restar opciones a ningún potencial espectador".

Y eso es lo que hace la señora Carmina Barrios desde la cocina de su casa. Alumbrar un escenario donde se interceden palabrotas con frases más trascendentes sobre la existencia para que el público pase una experiencia irrepetible, que lo es.