ROSALÍA Mera Goyenechea, cofundadora de Zara y del imperio Inditex, junto a su exmarido Amancio Ortega, es una de las mujeres más ricas del mundo, según la revista Forbes que, en marzo de 2011, calculó su fortuna en unos 3.000 millones de euros.

Fiel a su ideología liberal, Rosalía, una mujer que ha hecho del anonimato su forma de vida, no dudó en solidarizarse con el movimiento 15-M y con los jóvenes acampados en diversas plazas del Estado. "Un país que no invierte en sus jóvenes va a ser un desastre", asegura esta empresaria y filántropa, presidenta de la Fundación Paideia, creada en A Coruña como alternativa para la capacitación y empleo de personas en riesgo de exclusión social.

Rosalía recibió ayer el Alfiler de Oro de la Asociación de Mujeres Siglo XXI de empresarias y profesiones liberales, en un acto celebrado en el Hotel Carlton de Bilbao con representantes de la sociedad vasca, donde la presidenta de la Asociación, Magdalena Múgica, la definió como una mujer con los pies en el suelo y distinguida como exponente de la capacidad de superación del potencial intrínseco de las personas del esfuerzo y la confianza en uno mismo, "y de la inmensa humildad de quien ha forjado un camino poco a poco y sabe valorar a los demás y audaz desde su libertad".

Menuda, de ojos expresivos, Rosalía reconoce que el éxito empresarial no es algo que aparece del día a la noche, no es una lotería... Ella lo explica muy bien. ¿La receta? "Trabajo, creer en lo que haces, pero no tener miedo de, en el caso de fracasar, volver a levantarse". "Sí, la suerte también juega una parte importante, y también el dar en un momento dado con unas personas que te ayudan a desarrollar tu proyecto".

Ella y su exmarido empezaron haciendo la bata de boatiné en una tienda pequeñita en A Coruña, en un tiempo en que la "mujer que no tenía una bata no era nada..." y con pasión, trabajo y más trabajo llegó el éxito. "La pasión continúa siendo el motor de los proyectos", sentencia. Y es tener amor, ilusión, constancia por un trabajo bien hecho lo que recomienda a los jóvenes . "Es verdad que la abundancia no beneficia nada; es la madre de casi todos los males, pero estos momentos de grandes carencias pueden ser propicios para cambiar, para replantearnos nuestros valores. Las personas tienen que ser capaces de volcarse en un proyecto, soñar y después verificar si sus sueños pueden hacerse realidad".

de la generación invisible Rosalía Mera es de esa generación en la que las mujeres no podían abrir una cuenta bancaria sin el permiso del marido, la generación de las invisibles. "Es cierto que la riqueza sigue estando en manos de los hombres. Esto se debe a que las mujeres hemos accedido tarde a la universidad y eso a los varones les vino muy bien. Sin embargo, creo que la transformación se está dando, aunque de forma más lenta de lo deseado", asegura. "No hay más que ver el dinamismo de las asociaciones como Mujer Siglo XXI".

Pese a que los millones se acumulan en su cuenta corriente y que es una de las mujeres más ricas del mundo, Rosalía Mera no olvida sus orígenes humildes. Nació cerca del matadero en el barrio Monte Algo, en A Coruña. Con un padre empleado en Fenosa y una madre que logró, a fuerza de tesón, regentar una carnicería, sin entender de pesos ni de números, Rosalía dejó la escuela a los 11 años para trabajar de costurera en la tienda de confección La Maja.

Tal vez por ello, desmitifica la formación universitaria. "Quería haber pasado por esos circuitos porque creía que el saber estaba ahí". Sin embargo, ahora, a pesar de haber sido nombrada hace quince días doctora honoris causa por la Menéndez Pelayo, es muy crítica con estas instituciones. "Están periclitadas; están aportando a la sociedad profesionales en formaciones que no demanda la sociedad; hay que revisarlas a fondo; no están preparando a nuestro jóvenes para lo que se necesitará a futuro", explica Mera, al tiempo que reconoce que el poder "posiblemente sea no tener miedo".

¿Y el poder del dinero? "El dinero permite hacer muchísimas cosas y evita también injusticias; es imprescindible para vivir. Pero hay que ponerlo en su justa medida. No hay más que ver lo que está ocurriendo ahora. El dinero tiene una dimensión muy fea, ruin y es muy poco útil a veces; hay que saber manejarlo. Con el dinero pasa como con la vida, hay que tener coherencia", subraya Rosalía, encantada de estar en Bilbao. "Por mi perfil y por la forma de plantear los temas me siento mucho más vasca que gallega. Me sale la raíz vasca de mi abuelo", remacha.