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Dos científicos, Ascensión Marcos y el profesor Joan Ramón Barbany, desterraron ayer en Bilbao las leyendas urbanas sobre la cerveza para probar los beneficios de su consumo moderado. El primer mito que derribaron fue la creencia popular de que la rubia va asociada a la barriga cervecera y a los malos hábitos, situándola prácticamente al nivel de una bebida isotónica. Según la doctora Marcos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el profesor Barbany, de la Universidad de Barcelona, "su consumo moderado puede ser incluido en la dieta equilibrada de los deportistas". ¿Y cuál es ese consumo? Pues tres cañas para los hombres y dos, para las mujeres.
Las evidencias científicas aportadas corresponden a una investigación realizada por la Universidad de Granada y el CSIC sobre la idoneidad de la cerveza para las personas que practican deporte. Dicho estudio revela que "tomar una cantidad razonable de cerveza, tras realizar ejercicio físico, puede ser beneficioso porque favorece la rehidratación y contribuye a evitar dolores musculares como las agujetas". En opinión de los expertos, la cerveza es un jugo fermentado cuyo bajo contenido alcohólico y poder refrescante la convierten en una bebida de interés para recuperarse tras el ejercicio. Además "desempeña un importante papel en la recuperación del metabolismo hormonal e inmunológico de los deportistas tras realizar un esfuerzo físico".
La cerveza se convertiría, según esta tesis, en un sustituto ideal de las bebidas deportivas, bebidas con gran capacidad de rehidratación que son muy usadas durante y después de un esfuerzo físico intenso para reponer la pérdida de sustancias minerales a través del sudor. Por otro lado, otras investigaciones desarrolladas por el propio Barbany confirman que la ingesta de cerveza, gracias a su contenido en antioxidantes como los polifenoles -proantocianidinas y flavonoides y las melanoidinas-, junto a la presencia de vitaminas E y C y determinados oligoelementos, puede ser efectiva para prevenir dolores musculares. "Durante el ejercicio físico, especialmente el de carácter aeróbico, aumenta de manera espectacular el consumo de oxígeno lo que puede dar lugar a distintas molestias musculares como las comúnmente conocidas agujetas", explica. Por ello, presenta la cerveza como una alternativa recomendable por sus efectos favorables sobre el daño celular oxidativo y los procesos inflamatorios, por sus beneficios para la fatiga, para los dolores musculares de aparición tardía y otros trastornos de carácter muscular.
Se apuntan a estas teorías médicos como Juan Antonio Corbalán, especialista en Fisiología del ejercicio y ex jugador profesional de baloncesto, quien destaca que la cerveza es una bebida cardiosaludable por su alto contenido en agua, el equilibrio de sus componentes, su capacidad refrescante, su bajo aporte calórico y su baja graduación alcohólica. "Su acción antioxidante la hace interesante como bebida cardiosaludable, tomada de forma responsable. Por otro lado, es un aporte importante de vitaminas del grupo B", subraya.
Una excusa más para beber ese cóctel de agua, cebada y lúpulo que no sólo es bueno para el espíritu, sino también para la salud.