bilbao. Es uno de los rostros más reconocidos de la televisión. Una perfecta oyente de problemas y sentimientos ajenos. Dos años en Esta es mi gente y siete en El diario de Patricia le han dado muchas satisfacciones. Hace dos años decidió dejar su espacio en Antena 3. Fue, según comenta, una decisión muy pensada y meditada. En el tiempo que ha estado fuera de los platós dice que no ha sentido mono.

Hablemos de su proyecto actual, "Bodas cruzadas".

Es un proyecto nuevo, estupendo, divertido y que, además, he disfrutado mucho haciéndolo.

¿Cómo se mete a organizadora de bodas?

Lo de organizadora de bodas quizá es demasiado. Me metí en el proyecto porque me llaman hace unos meses y me cuentan de qué va; en cuanto me lo cuentan quiero hacerlo porque me parece interesante y, como ya he dicho, me pareció una idea muy divertida.

¿Tienen algo de especial estas parejas?

Que tienen como sueño de verdad casarse y hacerlo de determinada manera como se está viendo en el programa. La condición más importante es que sean ellos, los novios, los que organicen la boda y sin ninguna ayuda por parte de ella y tampoco de la familia de la novia. La otra, es estar separados y no pueden comunicarse.

¿Le parece diferente que los organizadores sean ellos en vez de ellas?

Por supuesto, ellos -hablo en general- nunca piensan que van a preparar una boda. También hay un montón de detalles en los que los chicos nunca piensan porque para eso están las novias. Por lo que vemos en el programa se vuelven un poco locos en cosas importantes como puede ser elegir el vestido de la novia.

¿Se hubiera fiado de su pareja para que le organizara la boda?

Yo me hubiera fiado de casi todo, pero me hubiera dado mucho miedo la elección del vestido, eso es algo tremendamente personal.

¿Cuánto tiempo llevaba sin estar en televisión?

Año y medio, cómo pasa el tiempo.

¿No ha sentido mono de plató?

No lo he tenido. No he llegado a ese punto. Este programa llega en un momento en el que por primera vez empiezo a pensar en volver a televisión, no había empezado a moverme cuando apareció Bodas cruzadas. Me leyeron el pensamiento. El programa llegó en un momento perfecto para mí y encima me gustaba. Estoy encantada con la vuelta.

Se apostaba por su vuelta a ETB en la nueva etapa de esta televisión.

Pues ya se ve que no. No hay que apostar nunca.

Una apuesta que no descarta, ¿no?

No, nunca hay que cerrarse puertas. A priori nunca se debe descartar nada ni cerrarse las puertas innecesariamente. ETB es una cadena para mí totalmente cercana, siempre me he sentido un poco parte de ella. Estoy abierta a propuestas de ETB y de todo el mundo.

¿Qué le pasa a la televisión que los programas duran una semana?

No soy una experta. Estamos en muchos momentos de cambio, creo que todos debemos ajustarnos a los nuevos cambios, situarnos en la nueva realidad televisiva que tenemos. Dejemos que las cosas se asienten y cuando esto ocurra todo se verá con más lucidez.

Sin embargo, usted estuvo siete años en "El diario de Patricia" y aún continua con otra presentadora.

Va a cumplir nueve años en julio. El diario es un gran programa de televisión y lo demuestra el tiempo que lleva en antena. Con eso está todo dicho. En televisión hay acierto y también errores. El diario fue un gran acierto. Ojalá hubiera muchos más aciertos, pero por todo: por la gente que está trabajando, por el empeño que pone la gente en sacar formatos adelante, por el esfuerzo que supone sacar un equipo adelante. Es muy frustrante que a un equipo que ha apostado mucho por un programa se lo quiten nada más empezar. Me parece triste para todos los que trabajamos en la tele, ponemos muchas ganas en lo que hacemos.

Después de nueve años haciendo talk show, ¿se cansó de escuchar a los anónimos?

No, de hecho sigo escuchando anónimos en Bodas cruzadas. A mí me gustan los programas que tienen que ver con gente anónima. No me he cansado de escuchar, me he cansado de hacer un talk show. Después de nueve años, pensé que ya era suficiente y que convenía tomarse un tiempo y hacer algo distinto. Me apetecía variar.

¿No es un riesgo en tiempos de crisis dejar un programa en pleno éxito?

Fue una decisión muy pensada y muy meditada. Yo valoré todo y después de valorar todos los riesgos. Sopesé lo que tenía de riesgo o de equivocación y de acierto. Pensé que era esto último, pensé que era lo correcto, lo que verdaderamente quería. Podía haber seguido, pero cómo, ¿sin tener ganas de hacerlo? Pienso que así no se debe continuar, creo que las cosas hay que hacerlas con ganas y con ilusión. Si se pierde las ganas no se hacen las cosas igual. Era un riesgo y lo asumí perfectamente.

¿No tenía la impresión de que se había convertido en una oreja televisiva?

El diario es mucho más que eso. Mucha gente cree que es muy sencillo de hacer, que es muy fácil y no lo es. Es un programa complicado, difícil de sacar adelante y que requiere mucho esfuerzo. No es ser simplemente una oreja televisiva o hacer cuatro preguntas y ya está.

¿Qué formato le gustaría hacer?

Me gustaría hacer muchas Bodas cruzadas. Lo estoy disfrutando mucho. Pero ya veremos lo que pasa.