bilbao. Nada de lo visto le es ajeno ni le cura del espanto. No por nada, Javier Galparsoro lleva veinte años de implicación directa en el mundo del asilo y la acogida a los refugiados. Para él, la vida cobra sentido cuando se acerca a alguien perseguido por cuestiones de raza, etnia, religión o pensamiento político y le tiene una mano. Quien sabe si no la única que recibe en una situación extrema.
¿Qué siente al escuchar un SOS?
Algo se remueve. Puedes mirar hacia otro lado, claro. Pero uno es consciente de la época que le ha tocado vivir. Consciente y comprometido.
¿Qué ocurre cada vez que se le cierra la puerta a alguien que pide silo político?
Cerrar la puerta a un refugiado es abrir la de su ataud. Es gente que huyo perseguida y que ha de regresar después de, digámoslo así, burlarse de sus perseguidores.
Suena excesivo...
Hace unos años, Mayor Oreja deportó con engaños a un puñado de ciudadanos africanos detenidos en Málaga. Al cabo de unos días, cinco de ellos murieron en una manifestación.
Un refugiado es...
Alguien perseguido por razones de raza, etnia, religión o pertenencia a un grupo social determinado. Resumiendo, un emigrante forzado.
Algunas voces en Europa dicen que...
¡No me hable de Europa! Somo los más hipócrita que hay. Se nos llena la boca de grandes declaraciones pero la hora de la verdad...
¡Los números cantan!
Eso es. Sólo cinco de cada cien personas que solicitan el estatuto de refugiado lo consiguen. El mundo desarrollado no quiere oir el drama y no todos los refugiados son Mandela, Rhusdie o Rigoberta Menchú. Muchos son anónimos, gente cuya historia no tiene repercusión
¿Por qué ese cerrar de ojos?
En veinte años de experiencia no he visto más que mezquindad. Una de cada 130 personas en la tierra, cerca de cuarenta millones de personas, tienen esa condición. Y sólo preocupan los papeles, que demuestres que eres perseguido.
No siempre es fácil...
Si te vas a meter de polizón en un barco o junto a la rueda de un camión , lo último que te preocupa es coger no se qué papel. Y nos vas a llamar después para que te lo envíen con un lacito rosa...
¿Entonces?
Ahí entramos nosotros, CEAR. Hacemos lo posible y lo imposible, incluso por la puerta de atrás, para conseguirlo. Pero no siempre es fácil demostrar con documentos que uno es perseguido. Quien puede salir con un billete de avión, no es un refugiado.
Le dolió aquel día que...
Tuve que enterrar a un polizón llegado de Siberia en un mercante. Tenía veintitantos años y vino con un crío de 14 que se salvó por los pelos. Aún hoy, 15 años después, no sabemos quien es. Le hicimos una hermosa ceremonia musulmana sólo por intución, porque procedía de Guinea.
El punto caliente del planeta es...
África, por supuesto. Está devastada y el éxodo es imparable. No porque se produzca, como dicen, el efecto llamada sino porque allí también tienen televisión e internet y conocen otras realidades más confortables que la suya.
¿Qué siente cuando escucha a quienes piden el cierre de fronteras?
Es intolerable. ¿Tú que harías si vives en un infierno de esos, donde además te persiguen. Hay paíse frágiles, como Colombia, donde adem-as los perseguidores vienen por todos los lados...
Insisto: hay quien piensa que "comen" recursos...
La gente no tiene memoria histórica. ¿Acaso este pueblo no huyó de la guerra hacia Latinoamérica, Rusia o Inglaterra...? Basta con mirar atrás.