La sociedad se acerca a una “era post-antibiótica” debido a la resistencia a los antimicrobianos, lo que puede provocar el aumento de las infecciones multirresistentes sin tratamiento y, que en la actualidad, se cobra la vida de más de 4.000 personas al año.

La Directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), María Jesús Lamas, augura ante esta situación, que la sociedad necesita de más antibióticos para hacer frente a las infecciones actuales y a las resistencias que puedan aparecer.

Por ello, la directora de la AEMPS incita a los profesionales farmacéuticos a identificar medicamentos clásicos que puedan tener una segunda vida con una indicación que no se haya identificado anteriormente. “No podemos permitirnos perder medicamentos clásicos que son necesarios desde el punto de vista de salud pública. Es imprescindible asegurar que somos capaces de mantener vivos medicamentos que son útiles para las indicaciones que hasta ahora estaban utilizándose, y para otras que podamos identificar”, ha afirmado, en relación al reposicionamiento de algunos fármacos.

Las previsiones indican que en 2050 las infecciones multirresistentes serán la primera causa de muerte, lo que supondrá un gasto directo en salud de 80 billones al año y a juicio de Lamas, el panorama de las terapias frente a esta amenaza “es un poco pobre”, ya que ha resaltado que la OMS contempla 70 terapias que está desarrollando frente a patógenos prioritarios pero “solo 47 son antibióticos”.

“Esto es importante porque el resto son anticuerpos monoclonales o terapias basadas en modulación del microbioma o bacteriófagos que no tienen esa dimensión industrial y la capacidad de escalado que puede tener un antibiótico”, explica.

La resistencia a los antimicrobianos no solo significa que habrá infecciones multirresistentes que no tienen tratamiento y que las personas van a enfermar de ellas, sino que significa que todo aquello que requiere un control de la infección queda amenazado, como las operaciones quirúrgicas, los trasplantes, el manejo de los pacientes inmunodeprimidos o tratamientos oncológicos”, advierte.

Por otro lado, recuerda la importancia de las enfermedades infecciosas, tras la aparición de la viruela del mono (monkeypox), ya que, a su juicio, la sociedad estaba entrada en las enfermedades no transmisibles como reto de salud.

“Cuando pensábamos que era una era dominada por los antibióticos y que teníamos a raya la amenaza de las enfermedades infecciosas, la naturaleza nos ha vuelto a poner en el sitio que corresponde y a las enfermedades infecciosas darle el protagonismo que pueden tener”, ha sostenido.

En este sentido, ha enfatizado que la pandemia SARS-CoV-2 ha ocasionado dos lecciones que se deben aprender, de cara a posibles situaciones similares. En primer lugar, ha indicado que un aprendizaje es que las enfermedades infecciosas pueden poner en jaque la salud pública de toda una sociedad con las implicaciones que esto tiene más allá de la salud. Y el segundo aprendizaje es el valor social es los medicamentos.

“Es un hito de una magnitud tan grande que en tan solo once meses ya hubiese una vacuna autorizada, que no somos capaces de valorar todo lo que esto supone porque lo tenemos muy cerca. Esto nos ha demostrado no solo el valor de la ciencia o el valor del trabajo conjunto del sector público-privado, sino que los medicamentos tienen un valor mucho más que sanitario”, ha sentenciado.

VACUNAS ARN

El presidente del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, Jesús Aguilar, por su parte, elogia la llegada de las vacunas de ARN, al asegurar que suponen un punto de inflexión en el campo de las vacunas y serán “muy importantes en el futuro de otras enfermedades”.

“Las vacunas ARN nos han permitido dejar atrás lo más de la pandemia, que ha servido para darnos cuenta de la importancia de la ciencia, investigación o el trabajo de los profesionales sanitarios”, ha explicado.

Ha destacado a su vez el papel de las innovaciones en medicamentos CAR-T y en terapia génica, fármacos que en la práctica clínica son hoy una realidad para hacer frente a diversas enfermedades que antes no tenían ninguna alternativa.