Esa barriga cervecera, esa tripilla que salta sobre el cinturón, esa panza que tensa los botones inferiores de la camisa que lucen muchos hombres es, además de un elemento antiestético, una posible bomba de relojería contra la salud. Aunque las mujeres también suelen tenerla, en el caso de los hombres la concentración de tejido adiposo en el abdomen incrementa la posibilidad de sufrir determinadas enfermedades que pueden llegar a poner en riesgo la vida. Las enfermedades coronarias son las principales, pero también la diabetes, ciertos tipos de cáncer o apneas del sueño. De hecho, cinturas superiores a 102 centímetros son consideradas peligrosas.

Así que, bien por prescripción facultativa, bien por que el reflejo del espejo no gusta, son muchos los caballeros que deciden luchar contra ella. Conseguirlo no es un camino fácil ya que esta capa de grasa es especialmente recalcitrante, se agarra como ninguna otra.

Pero si con constancia y sin prisas se aplican una serie de consejos muy útiles, puede conseguirse con relativa facilidad.

Estos consejos se agrupan en dos campos distintos, complementarios entre sí y que debens er practicados simultáneamente. Unos hacen referencia a la dieta y a la comida los otros al ejercicio y la actividad física.

Consejos alimenticios

1. Alimentación saludable. Aunque suene obvio, no está de más indicarlo. Hace referencia a mejorar la calidad de la alimentación. Esto significa reducir el consumo de grasas saturadas y de los azúcares y harinas refinados por un lado y aumentar el de frutas y verduras. O sea , pasar de largo los expositores de bollería, galletas, refrescos y snacks variados y pasar más tiempo en la zona de las lechugas, espinacas naranjas y aguacates.

2. Dejar el alcohol. Lo de hablas de barriga cervecera suele tener su razón de ser, aunque no es la razón única. Lo habitual es acompañar los tragos con un pica pica, que también ayuda a añadir grasa a la cintura. Lo del alcohol son las calorías, que ayudan a aumentar de peso.

3. Reducir lo carbohidratos. Por muy ricos que sean, hay que disminuir la cantidad de pan , de cereales, de pasta que comemos. Lo mejor es pasarnos a los arroces, pasta o cereales integrales, con su salvado natural. Si a esto añadimos a nuestra dieta más legumbres, vegetales y otros alimentos bajos en carbohidratos como los lácteos, el huevo o el pescado, mejor.

4. Más proteínas y más grasas saludables. La ingesta de proteínas, en combinación con el ejercicio favorece la eliminación de las grasa acumulada y la formación de masa muscular. Carne (con control y no de cualquier tipo), además de los ya nombrados pescado, legumbre, lácteos (desnatados mejor).

5. Más fibra en el plato. De entrada, la fibra tiene un efecto saciante que hará que comas menos, especialmente si se mastica bien y no se engulle directamente. Además, las fibras solubles permanecen más tiempo en el intestino, prolongando la sensación de estar lleno.

Consejos sobre actividad física

1. Hacer ejercicio regularmente. Correr, pasear, nadar de forma regular no solo ayudan a estar en forma, sino que el incremento de la actividad muscular activa el metabolismo y a ayuda a quemar la grasas. La actividad debe ser activa, a ritmo, que se llegue a sudar un poquito. Es señal de esfuerzo.

2. Sentadillas, planchas y ejercicios de fuerza. El objetivo es tonificar los músculos de todo el cuerpo. Aumentar la masa muscular ayuda a perder grasa. Fortalecer abdomen,piernas y espalada incrementa el metabolismo. Por cierto, los abdominales ayudan a muscular la tableta, pero no reduce por si misma la panza. Hay que mover otros grupos musculares también.

3. Disminuir la grasa corporal. Aunque la tendencia sea que en los hombres se acumule más grasa en el abdomen, también va a otras zonas del cuerpo, por lo que también hay que eliminar esa.

Consejos generales

1. Ser constante.

La grasa de la tripa tarada en irse, por lo que hay que evitar la desmotivación y no perder la paciencia. Además, manteniendo en el tiempo este objetivo, es fácil que nos acostumbremos a una nueva rutina y adquiramos nuevos hábitos, estos sí, más sanos.

2. Investigación y creatividad. Buscar nuevas recetas y productos que animen los menús. Si la comida menos sana es de una variedad tentadora,variemos también con la más sana y será igual de atractiva. También es aplicable al ejercicio, intercalando la carrera con el ciclismo o la natación. También se pueden variar los recorridos.