El dolor de espalda es, tras las infecciones, la segunda causa para una consulta médica. El problema, tal y como indican los expertos, no se debe solo a las lesiones y contusiones, sino también a nuestras emociones, que influyen en este dolor, que también puede aparecer como reflejo de la inflamación de uno de nuestros organismos internos.

Existen varios factores de riesgo que hacen que unas personas sean más propensas que otras a sufrir el molesto dolor de espalda, que en muchos casos llega a ser altamente incapacitante.

* La edad. Con el paso del tiempo las estructuras que componen la columna vertebral se desgastan, causando dolores y molestias en la espalda y el cuello.

* La constitución física. Si tienes sobrepeso es el momento para bajar los kilos de más, porque tu columna debe soportar mayor presión, sobre todo en la zona lumbar.

* El estilo de vida. La falta de ejercicio físico aumenta el riesgo de sufrir dolor de espalda. Y si ya lo tienes, no dejes de hacer deporte, porque te aliviará. Aunque, eso sí, tal y como señalan los expertos, el ejercicio lo tendrás que hacer con cabeza. Y es que con una postura apropiada y un esfuerzo y velocidad adecuados a tu propia resistencia todo serán beneficios.

* La tensión muscular. La tensión muscular causada por las malas posturas es un problema también muy frecuente. Sujetar el teléfono con el hombro y la cabeza, cruzar las piernas, doblar el tronco para coger peso€ ¡Hay que intentar evitarlos! Pasar muchas horas sentado delante del ordenador hace que nuestro cuerpo adopte posiciones a veces forzadas, tanto en la zona cervical como en la lumbar. Realizar pausas y estiramientos durante la jornada laboral relajará la musculatura y aliviará la tensión en huesos y articulaciones, favoreciendo su movilidad y flexibilidad.

* La negatividad. Porque las emociones negativas también pueden afectar a tu espalda. El estrés y la ansiedad hacen que se vean afectados la zona de las lumbares y los trapecios. Pero no solo eso: si lo que expresas es rabia se verán igualmente afectados los romboides. Por otra parte, el dolor de algún órgano interno también podría desplazarse a la zona muscular de la espalda: por ejemplo, si te duele la zona alta de los riñones te afectará también a las lumbares, y si te duele el pecho afectará igualmente a las cervicales, señalan los expertos.

Arriba y abajo

Si sientes dolor detrás del cuello puede venir por algo tan simple como una contractura muscular. Pero también puede gestionase por otras complicaciones, por la artrosis de las últimas vértebras de la columna, además de por traumatismos o golpes. Masajea con cuidado la zona y ponte calor para disminuir las molestias. También es bueno aplicarse cada día aceite de romero, que es muy eficaz para el dolor muscular y las contracturas.

Igualmente hay que tener cuidado con la zona baja de la espalda por la denominada dorsalgia. Los trabajos en los que se debe inclinar la espalda hacia adelante, o los que exigen fuerza con las extremidades superiores, son factores principales de su aparición, además, de otro factor tan común como mantener una mala postura al sentarnos.

Consejos

Conviene adoptar un estilo de vida sano que nos ayude a evitar y eliminar patologías y dolores relacionados con la espalda, lo que incluye tanto la alimentación como las posturas que adoptamos a lo largo del día en cada una de las actividades que realizamos.

* Alimentación sana. Somos lo que comemos, siempre lo han dicho nuestras madres y abuelas. Y así es. Mantener una dieta equilibrada con un adecuado aporte de calcio y de vitamina D nos ayudará a mantener fuertes los huesos, evitando la pérdida de densidad ósea. Además, el consumo de alimentos ricos en antioxidantes y proteínas contribuirán a conservar en buen estado huesos y articulaciones.

* Utiliza ropa y calzado cómodos. La ropa muy ajustada y el uso de zapatos con tacones altos provoca tensión en la columna, al tener que adoptar una posición inadecuada.

* Consulta con un fisioterapeuta. Si aún a pesar de seguir estas recomendaciones sientes dolor de espalda, no dudes en acudir a un fisioterapeuta, que podrá diagnosticar adecuadamente las causas y aplicar el tratamiento.

* Cuidado en los vehículos. Recuerda no apoyar el brazo en la ventanilla y sujetar el volante con las dos manos. Si no mantienes tu equilibrio postural puedes sufrir tendinitis. Además, cuando camines hazlo con el peso hacia delante. Y si vas a estar de pie mucho tiempo, cambia el apoyo de pies cada quince minutos.

* Buena postura en la cama. La fetal (de lado, espalda recta y con un pequeño cojín entre las piernas) es la más adecuada para que la columna descanse correctamente.

* Hidratación. Los discos vertebrales, encargados de absorber las presiones que recibe la columna a lo largo del día, están formados en gran parte por agua, pero a medida que realizamos actividades se van deshidratando, lo que puede provocar que las vértebras se desgasten más fácilmente. Para evitarlo es fundamental que tomes al menos dos litros de agua al día. Si te cuesta mucho, alíate con las infusiones, sabrosas y muy saludables.