Las nuevas tecnologías (TICs) y los dispositivos electrónicos, ?tabletas y relojes inteligentes, entre otros? han pasado en pocos años a formar parte del paisaje diario de buena parte de la ciudadanía, hasta el punto de que muchas personas, sobre todo jóvenes, ya no conciben su existencia sin ellos. Casi la mitad de la población europea utiliza Internet a la hora de encontrar información relacionada con la salud, a menudo de alimentación y nutrición.

Así, en el Estado español más del 60% lo hace con mucha frecuencia, según se detalla en la Guía de alimentación saludable para atención primaria y colectivos ciudadanos (Editorial Planeta), donde se ofrecen recomendaciones para una alimentación individual, familiar o colectiva sana, responsable y sostenible. La guía de salud alimentaria más completa publicada hasta ahora reúne las aportaciones de cinco sociedades científicas, cuyo trabajo ha sido coordinado por el doctor Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y profesor de la Universidad de Navarra.

El uso generalizado de Internet ha supuesto un cambio radical cuando deseamos tener información de todo tipo y al momento. Pero esta potente herramienta también facilita que cualquier persona tenga su página web, publique opiniones en las redes o en su blog personal. “Es más, cuando buscamos en Google es importante tener en cuenta que los resultados que suelen aparecer en primer lugar a menudo son webs de anuncios, y en numerosas ocasiones con interés comercial”, indican los expertos con cierta preocupación ante el auge que están teniendo las fake news en todos los ámbitos sociales.

En salud, como en otras áreas, los blogueros y personajes populares suelen marcar también tendencia en las redes sociales, aunque hay que hacerse varias preguntas: ¿son realmente expertos en temas de salud? ¿se puede separar el grano de la paja al buscar información sobre alimentación y salud en la red? En este sentido, es útil que profesionales sanitarios de confianza, otros pacientes en su misma situación, asociaciones? nos puedan ayudar recomendándonos sitios web y fuentes de información, o bien proporcionándonos claves o referencias que nos puedan orientar para buscar la información que nos interesa, información que además sea fácil de comprender y asimilar.

¿De dónde procede la información sobre alimentación, nutrición y salud que hallamos en Internet? Podemos encontrar desde datos sobre investigaciones en revistas científicas y académicas, comunicaciones elaboradas por instituciones y servicios sanitarios, universidades, administraciones públicas, asociaciones o industrias de distintos sectores? hasta noticias publicadas por individuos o asociaciones de cualquier tipo y con finalidades a veces poco nobles.

Fuentes fiables

Los sitios web de numerosas universidades, como la de Harvard (EE.UU.), o la de Navarra, ofrecen en sus webs informaciones sencillas sobre salud. Asimismo, organismos de prestigio como la Organización Mundial de la Salud (www.who.itn/es) o la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) (www.elsa.europa.eu) publican boletines con vínculos a sus sitios web para acceder a informaciones más completas.

Asociaciones profesionales sanitarias y de sus fundaciones asociadas, con frecuencia son una fuente fiable por sus informaciones de calidad, accesible y también de fácil compresión. Como ejemplo, los expertos se refieren a la Fundación Española del Corazón, la Fundación Española de la Diabetes o la Fundación de Educación para la Salud, entre otras.

En esta misma línea, las plataformas de organizaciones sanitarias y webs de diferentes administraciones muestran también instrumentos que nos permiten llevar a cabo determinadas gestiones y consultas, facilitando informaciones divulgativas y consejos, como la web de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (ECOSAN), o las de los Departamentos de Sanidad de las Comunidades Autónomas y organismos relacionados.

Pero junto a las fuentes fiables nos topamos en las redes con sitios web que publican datos no contrastados científicamente, escritos de forma anónima, o con llamadas de atención claras para inducir a comprar determinados productos y/o servicios.

Distintivos de calidad

Entonces, ¿cómo reconocer fuentes de información fiables sobre salud? La preocupación entre los facultativos es tal que desde hace ya tiempo están en marcha diferentes iniciativas que analizan las webs que aportan información de salud.

En concreto, las personas responsables de las webs deben pedir que se inicie el protocolo de evaluación y si lo superan, las organizaciones les conceden un sitio distintivo de calidad que puedan publicar en sus sitios webs.

La Guía de alimentación saludable para atención primaria y colectivos ciudadanos destaca en especial el sello Web Medica Acreditada (WMA), impulsado por el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona y apoyada por el Ministerio de Sanidad, y el sello HONcode que emite Health on the Net Foundation (Fundación Salud en la Red), con sede en Suiza.

Como conclusión, los especialistas recuerdan que Internet es solo una herramienta, luego no hay que olvidar contrastar los datos obtenidos en las redes con un profesional sanitario antes de tomar cualquier decisión acerca de la salud, un asunto de lo más delicado.