UIEN visite Cantabria debe realizar una parada obligatoria en Liébana, uno de los destinos vacacionales más afamados de la comunidad. Rodeada de montañas, combina la belleza de sus paisajes verdes y monumentales, junto a Picos de Europa, con valles repletos de arbolado, animales curiosos, múltiples senderos y, como corolario, un atractivo patrimonio artístico e histórico.

A dos horas aproximadas de Bilbao, Liébana está rodeada de altas montañas, tiene un gran valor paisajístico y se ve favorecida por un microclima benévolo. Es un lugar tradicional para el turismo rural, atractivo por el carácter auténtico que han sabido conservar sus núcleos de población. Además, los numerosos hosteleros de la zona mantienen la coherencia con las tradiciones lebaniegas.

Liébana está dividida en varios valles. De ellos, el más poblado es el de Val de Baró, en cuyo extremo superior se encuentra la estación de montaña de Fuente Dé. En ella, un teleférico salva casi mil metros de desnivel hasta el mirador del Cable, visita obligada para sentir cerca la grandiosidad de los Picos de Europa.

Desde ese punto nacen numerosas rutas, entre las que destaca la que lleva hasta el Hotel Aliva, antiguo refugio de montaña y parador. Quienes han pasado la noche allí aseguran que parece tocarse el cielo y las estrellas. Liébana es un lugar excelente para disfrutar de la naturaleza, incluso a caballo recorriendo la Reserva Nacional de Caza y el Parque Nacional de Picos de Europa.

Si hay suerte, el paseo a pie te acerca el hábitat de diversas especies muy escasas, como el rebeco, el águila real, el urogallo o el oso. Es una zona donde predominan los bosques de roble, encina y haya. Por su parte, los ríos tienen una gran fama truchera. Pistas forestales, caminos vecinales y una buena cantidad de senderos, algunos muy bien señalizados, son una invitación permanente al paseo y la caminata.

cultura y patrimonio

Además, su patrimonio histórico-artístico cuenta con gran interés, como evidencian la iglesia mozárabe de Lebeña, del siglo X, y el monasterio románico de Piasca, del XI. En el monasterio de Santo Toribio de Liébana se expone la reliquia del Lignum Crucis, el fragmento de mayor tamaño que se conserva de la Cruz de Jesucristo. Fue fundado sobre el monte Viorna en el siglo VI, aunque la actual iglesia corresponde al XIII. En este lugar, en el siglo VIII, vivió y escribió su obra Beato de Liébana, autor de los Comentarios al Apocalipsis, gran muestra del pensamiento medieval.