EL sueño de Eduardo Chillida, uno de los artistas vascos más importantes del siglo XX, se concretó en Chillida Leku, museo sito al aire libre, en las afueras de Hernani, que agrupa la esencia de su arte representada en 40 obras, algunas de gran tamaño, que se pueden recorrer en total conexión con la naturaleza. Mañana sábado tendrá lugar en el bosque de las esculturas la actividad Baños de bosque.

"Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y que la gente caminara entre ellas como por un bosque". Y el sueño se hizo realidad en vida del artista, que levantó Chillida Leku y lo planteó como un museo único, confeccionado en sí mismo como una gran obra de arte. En él, la fusión entre arte y naturaleza se produce de una manera natural, con las esculturas integradas en el paisaje como si siempre hubieran formado parte de él.

En el jardín, las hayas, los robles y los magnolios conviven con las monumentales esculturas de acero y granito ubicadas en perfecto diálogo con el entorno. Si bien las obras presentan un aspecto de monumentalidad, el lugar está hecho a escala humana, con la que el artista trabajó siempre, poniendo a la persona como medida de su trabajo.

Chillida Leku, lugar donde se ubica el corpus de obra más amplio y representativo del autor del Peine del Viento, agrupa algunas de sus obras más queridas y representativas. Repartidas en torno al baserri Zabalaga, a pocos kilómetros de Donostia, son un total de 40 esculturas originales las que se pueden admirar en un paseo por un museo concebido como un gran espacio abierto y que se puede recorrer de maneras diferentes. La familia del artista explica que "no existe un recorrido único", y que conviene dejarse llevar por la intuición, "siguiendo el aroma de las obras", retomando el término poético que Chillida empleaba para referirse a su proceso de trabajo: "guiado por un aroma".

OBRAS CLAVE

Reabierto hace dos años tras un proceso de actualización dirigido por el arquitecto argentino Luis Laplace, conocido por sus trabajos de interiorismo y restauración sostenible, Chillida Leku ofrece al visitante obras como Buscando la luz (1997) o Lotura XXXII (1988), colosal escultura de acero de más de 64 toneladas, realizadas ambas con acero corten, un material con fuertes resonancias del pasado industrial vasco.

Comparten espacio con Lo profundo es el aire, De música III o Consejo al espacio IV. Mañana tendrá lugar la actividad Shinrin-yoku: baños de bosque, impartida a las 10.00 horas por Itziar Insausti. Propone una experiencia inmersiva para sentir la plenitud a través del arte y la naturaleza.