Aunque en España el carné de conducir coches es el B y habilita solo a los mayores de 18 años para conducir automóviles de hasta 3.500 kilos, sin límite de potencia y hasta los 120 kilómetros por hora, en La Unión Europea existe una categoría anterior apta para mayores de 16 años y que es frecuente en países como Portugal, Italia o Francia. Es el B1 y la Dirección General de Tráfico se está planteando la posibilidad de implantarlo.

De hecho, aquellos conductores que se hayan sacado o renovado recientemente este documento podrán observar en el reverso el listado de permisos de conducción. Entre ellos, tras las distintas categorías de ciclomotores y motocicletas parece el B1, justo encima del B.

Según la legislación europea que lo regula, y que España no aplicó en su momento por considerar que no había suficiente presencia en el país de este tipo de vehículos, su poseedores pueden conducir cuadriciclos L7 cuya masa en vacío sea inferior o igual a 400 kilos (o 550 kilos si son para el transporte de carga) sin incluir el peso de las baterías en el caso de los eléctricos, con una potencia de 15kW o 20,4 cv y un límite de velocidad de 90 kilómetros por hora.

Esto sitúa el permiso entre el B, para mayores de 18 años, y el AM, para mayores de14 años que conduzcan motocicletas, triciclos y cuadriciclos ligeros con motores de menos de 50cc o 4kW y no pueden superar los 45 kilómetros por hora.

Volver a poner sobre la mesa ahora la introducción de este permiso específico en España se debe al auge que la movilidad eléctrica se está observando en los últimos años y que puede ser la manera de que un millón de nuevos conductores cada año se acerque a la conducción eléctrica lo hagan con los mayores niveles de seguridad vial posible.

Según la consultora de movilidad Pons Seguridad, que junto a Aedive han planteado este tema ante la DGT, permitiría “un acceso racional y escalonado a la conducción de automóviles y una alternativa más segura a los medios de transporte tradicionales”.

Formación y Seguridad

La directiva europea que definió este carné B1 no estableció diferencias en los conocimientos teóricos necesarios entre el B y el B1, dejando a criterio de cada país socio esta decisión sobre el contenido de los exámenes.

Para los expertos de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), esta formación teórica debe ser la misma, para ambos permisos, al fin y al cabo el código de circulación es el mismo. Donde sí debe hacer diferencias es en las pruebas del examen práctico ya que los requisitos son diferentes en ambos casos.

Además, esta formación teórica es mas necesaria que nunca dado la proliferación en las calles de vehículos de dos ruedas, en especial patinetes eléctricos, cuyos usuarios desconocen la mayor marte de las normas de circulación.

En cuanto a seguridad, la ventaja que tendrían los cuadriciclos L7 es que comparten elementos de seguridad con los de categoría M, los turismos, como las estructuras de protección en caso de vuelco, la obligatoriedad de frenos ABS. De lo que sí carecería es de airbags.

En cualquier caso, la simple observación permite comprobar que los cuadriciclos son más seguros que los vehículos de dos ruedas que el actual permiso AM capacita para conducir.

Sostenibilidad y negocio

Además, según sostienen tanto desde Pons Seguridad como de Aedive, la mayoría de los cuatriciclos pesados (L7) son eléctricos, por lo que cumplen los estándares de emisiones europeos y la implantación del permiso B1 sería la mejor alternativa para cumplir los objetivos del Acuerdo de París con el objetivo de mitigar el cambio climático.

En opinión de Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial, “las directivas europeas dibujan una tipología de vehículos y permisos de conducción para el ámbito urbano que cada vez tienen más sentido implementar. El permiso B1 habilita la conducción de vehículos de reducido tamaño, eléctricos, que precisan de escasa energía para moverse y con una velocidad limitada a 90 km/h. Si bien lo ideal sería que el movimiento urbano se desarrolle fundamentalmente en transporte público y bicicleta, lo cierto es que en el caso de que haya que utilizar vehículos privados éstos deben ser responsables y sostenibles.

Por su parte, el director general de Aedive, Arturo Pérez de Lucia, el permiso de conducir B1 ofrecería ventajas importantes para la movilidad eléctrica en España “en cuanto a la concienciación, por llegar a un público joven que el día de mañana formará parte del tráfico y habrá podido superar las barreras del desconocimiento actuales en torno al vehículo eléctrico, haciendo de éste un público sensibilizado con una conducción eficiente y segura.

Asimismo, continúa Pérez de Lucía, permitirá que se desarrollen modelos de negocio basados en la movilidad eléctrica compartida que ofrezcan vehículos más seguros y confortables a un público joven que actualmente solo puede acceder al carné de motos A1, y por último favorecerá el desarrollo industrial basado en esta tipología de vehículos por parte de empresas españolas que buscan desarrollar factorías para producirlos en nuestro país, mejorando la competitividad y el empleo en el sector de la automoción”.