L coche eléctrico continúa su periplo de la utopía a la realidad impulsado por propuestas como la del EV6. El flamante modelo a pilas de Kia aporta una dosis de cordura, rentabilidad y sentido práctico que puede incitar a dar el salto tecnológico a esta modalidad de movilidad sostenible. Empieza atrapando miradas con un estilo atrevido y resultón, que viste de SUV una holgada berlina familiar. Continúa reforzando ese vínculo emocional con argumentos de peso, como la desenvoltura que auguran sus potentes motores (de 170 a 585 CV) y el alcance que prometen sus baterías (hasta 528 km). Y, para sumar conversos al credo eléctrico, el Kia EV6 alivia su tarifa oficial (entre 46.450 y 66.750 euros) con descuentos y subvenciones, que rebajan el precio de acceso hasta 34.700 euros.

La impulsión eléctrica, que todavía despierta más escepticismo que entusiasmo, va ganando credibilidad con la aparición de creaciones como esta que plantea la firma surcoreana. El EV6 es uno de esos automóviles a batería que comienzan a encajar en los gustos, necesidades y posibilidades de lo que llamamos gran público. Su estreno quizá consiga que más de uno se plantee cambiar el surtidor por el enchufe.

Para empezar, el candidato entra por los ojos gracias a su lúcido y lucido diseño, tan vistoso como perspicaz. Ofrece, además, un manejo sencillo y hasta cierto punto entretenido, haciendo gala de una agilidad y un aplomo notables. Por otra parte, vaticina una autonomía que supera ampliamente la distancia que recorre semanalmente la mayoría de los conductores. Además, su precio, aunque contundente, ya no es un obstáculo insalvable, debido a las ayudas públicas y privadas que recibe. Así que en la ecuación eléctrica queda por despejar la incógnita de las infraestructuras de recarga; y esa es una carencia que Kia ya se ha lanzado a paliar, sin sentarse a esperar ayuda externa.

El EV6 es un automóvil singular, pero con una oferta tan plural que incita a ver en él varios coches en uno. Se hace notar por medio de una estampa conmovedora, con marcada identidad, que hace girar cabezas a su paso. Erigido sobre la misma plataforma que su pariente y rival el IONIQ5, no comparte con él más que algunos elementos estructurales; decisivos, sí, pero nada evidentes. Fisonomía, estilo, ambientación y hasta modales, resultan perfectamente diferenciables.

Se dice que un camello es el fruto fallido de un proyecto de caballo encargado a un comité. Nada que ver con el caso que nos ocupa, donde la mezcla de corrientes estéticas resulta plausible. Kia ha dibujado un automóvil de concepción mestiza, pero de vocación transversal. El EV6 es un crossover metido a versátil berlina; tanto como un familiar con pretensiones de cupé. Se trata, en definitiva, de un auténtico multiusos.

Es un coche más grande, y también más acogedor, de lo que parece de lejos. En realidad, ocupa lo mismo que un sedán de talla generosa: 4,69 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,55 de alto. Emula a los SUV aumentando un poco la distancia al suelo (16 cm). Su esbelta carrocería de cinco puertas esconde una cabina sorprendentemente desahogada, dispuesta para acomodar a cinco adultos de buen año gracias a los 2,90 metros de distancia entre ejes.

Las plazas delanteras resultan adecuadas para personas de diversa corpulencia; las más altas tendrán algunas dificultades para dar con la postura idónea si el coche lleva techo solar, elemento prescindible que resta a la altura libre seis decisivos centímetros. Es el mismo inconveniente que acusarán en las plazas traseras, esta vez debido a la inclinación de la cubierta; a cambio, van a disfrutar de la distancia suficiente para cruzar las piernas. El EV6 libera un hueco portaequipaje de 490 litros, capacidad correcta a la que hay que sumar el pequeño cofre delantero (52 litros en las versiones con un motor y 20 en las de dos).

La ambientación interior responde a lo esperable en un coche contemporáneo de calidad. Presenta un refinamiento tecnológico acorde a una época en la que el minimalismo sustituye al barroco de otros tiempos, que atiborraba la cabina de cromados, cuero y presuntas maderas nobles. El EV6 cuida sobre todo el puesto de mandos, provisto de una doble pantalla curvada sin marco. La situada detrás del volante permite a quien pilota personalizar la visión de las constantes vitales del coche; la gemela central, también de 31 cm, recoge datos del sistema de información, navegación y entretenimiento.

Por su condición de escaparate tecnológico de la marca, el modelo incorpora las últimas sofisticaciones en materia de bienestar, conectividad, seguridad y asistencia a la conducción. El EV6 está en condiciones de asumir algunas de las competencias tradicionales del ser humano (reduce la velocidad en curva y la recupera en recta, evita colisiones y atropellos, adelanta o cambia de carril con solo tocar el intermitente, monitoriza las intersecciones, etc.), acercándose un poco más al funcionamiento autónomo.