OLVO ha actualizado algunas facetas del XC60. La intervención, caracterizada por la proverbial discreción escandinava, reconsidera con sutileza la imagen interior y exterior del SUV intermedio, al tiempo que acrecienta su provisión tecnológica. Incorpora a la misma un sistema de información y entretenimiento de última generación basado en Android, que integra los servicios y aplicaciones de Google. Hasta ahí los cambios. La gama de propulsores continúa proponiendo bloques diésel y gasolina microhibridados, en ambos casos con 197 CV, además de dos candidatos con hibridación enchufable que anuncian más potencia (350 y 455 CV) y mayor autonomía en modo eléctrico. El XC60 va incrementando dotaciones y sofisticando su porte en función de lo sibarita y solvente que sea la clientela. La tarifa normal reclama entre 49.002 y 78.738 euros, aunque contempla una comedida Premier Edition que deja la versión diésel en 40.300 euros.

El XC60 ha desempeñado un papel decisivo en la trayectoria reciente de Volvo. La primera generación se asomó al mercado en 2008, anticipándose a la eclosión de una moda SUV que empezaba a contagiar también al segmento premium. La marca contribuyó a promover esa tendencia con sus Cross Country, declinaciones con estilo campero de sus berlinas. Aquella entrega inicial del todocamino permitió a la casa sueca captar el interés de un sector de público de clase media al que el hermano mayor XC90 le venía grande en todos los sentidos. La popularidad del XC60 se disparó aún más en puertas de su renovación, gracias a una serie especial con precio tentador. En 2017 vio la luz la remesa actual, protagonista de un salto generacional que transformó su fisonomía, amplió sus recursos y aumentó su caché.

Ahora llega el momento de refrescar imagen y contenidos de esa entrega. El XC60 es un producto que funciona bien: es el segundo modelo más demandado del catálogo, a distancia de un exitoso XC40 que duplica sus pedidos. Así que su renovación se convierte en un proceso delicado en el que conviene evitar todo riesgo de conflictividad. En consecuencia, Volvo se ha limitado a pasar el trance de puntillas, dando lustre al envoltorio y perfeccionando el equipamiento del modelo.

El equipo de estilistas de la casa ha reconsiderado ligeramente la imagen exterior del vehículo. Así que el XC60 estrena una parrilla algo diferente que no reniega de la forma característica en Volvo, que denomina martillo de Thor a ese diseño. Luce también nuevos paragolpes delanteros y traseros, esconde las salidas de escape, propone alguna tonalidad más y amplía el muestrario de llantas. En la confección del interior se prescinde del cuero para dar entrada a materiales sostenibles, como una no menos refinada tapicería textil City Weave, que brinda múltiples posibilidades de personalización.

Con todo, la principal aportación de este restyling al modelo es la del avanzado sistema de infoentretenimiento, el mismo estrenado por el XC40 Recharge 100% eléctrico. Volvo asegura que gracias a dicho equipamiento, el XC60 "es ahora más inteligente que nunca". Este recurso, basado en Android, integra todas las prestaciones y aplicaciones de Google. Según la firma nórdica, ofrece un manejo mucho más intuitivo y se adapta a las necesidades concretas de cada usuario optimizando la conectividad.

Se oferta con un pack de servicios digitales completo e innovador, que concede vía libre al universo de Google. Brinda, por ejemplo, ayuda en modo manos libres por medio del asistente de esa compañía. Además, posibilita navegar a través de Maps y despliega el amplio catálogo de aplicaciones de Google Play creadas exprofeso para automóviles. El renovado XC60 va provisto de todo el hardware necesario para ejecutar los servicios y funciones. El pack digital, gratuito durante los cuatro primeros años, incluye datos ilimitados.

El modelo también recibe mejoras en materia de protección. Viene pertrechado de un completo bagaje de ADAS, siglas que identifican a los avanzados sistemas de ayuda a la conducción. Es un conjunto de sistemas de seguridad activa que aprovecha la labor de radares, cámaras y sensores de ultrasonidos para garantizar un avance preciso y sin riesgos. Su intervención propicia que el XC60 consiga detectar a otros usuarios de la vía pública (vehículos, peatones, ciclistas, etc.), y de frenar de forma automática si el conductor no interviene adecuadamente para prevenir colisiones. Esta tecnología posibilita también la asistencia remota al usuario del vehículo, ya sea en parado o a velocidades de autopista, a través de la función Pilot Assist.

Por lo que a motores se refiere, el XC60 continúa proponiendo dos variantes térmicas con sistema de microhibridación. Ambas rinden 197 CV y se asocian a transmisión automática de convertidor de par. La versión Mild Hybrid B4 a gasolina está disponible con tracción delantera, mientras que la homóloga diésel permite optar también a sistema 4WD; curiosamente, esta es la única versión de la gama que dispone de cuatro ruedas motrices.

El catálogo se completa con dos interpretaciones provistas de sistema de impulsión híbrido enchufable. Son la Recharge T6 y la más deportiva T8 Polestar. En los próximos meses Volvo va a actualizar también estas motorizaciones PHEV, evolución que procurará un rendimiento superior.

La contribución de una batería más capaz propicia mejorar en dos aspectos decisivos. Por un lado ambas incrementan su potencia: la T6 sube de 340 a 350 CV, mientras que la T8 progresa de 390 a 455. Además, amplían su alcance en modo exclusivamente eléctrico, prometiendo hasta 91 km en condiciones propicias. Estas alternativas cuentan con etiqueta medioambiental 0.