L Seres 3 es el soldado desconocido que puede ayudar a ganar una batalla por ahora perdida. Este debutante pertenece al gran ejército por descubrir que es DSFK, la marca estandarte de Dongfeng Motor Group. El gran consorcio chino aún no es nadie a este lado del planeta, pero comienza a forjarse una estimable reputación con sus primeras propuestas. La más reciente es el Seres 3, su pionero 100% eléctrico, que insiste en el estilo SUV cultivado por los otros dos modelos comercializados por la firma oriental: el 580 y el F5.

El nuevo pretendiente comparece animado por un motor de 163 CV y prometiendo 329 km de autonomía. Su objetivo es seducir a la todavía escasísima clientela de vehículos a batería. Lo intenta esgrimiendo un ilusionante equilibrio entre imagen, sensación de calidad y tarifa atrayente. El descuento de DFSK, más las bonificaciones por adquirir un eléctrico achatarrando otro automóvil obsoleto, rebajan hasta 24.950 euros el precio del Seres 3.

El apego de la marca al canon de diseño SUV depara esta tercera declinación de talla media. Su particularidad radica en la eslora inusualmente comedida (4,38 metros) para las generosas cotas de anchura (1,85 m) y altura (1,65 m) que presenta. Esas proporciones sitúan al Seres 3 en tierra de nadie, a mitad de camino entre los rivales escuetos (tipo Peugeot 2008) que no llegan a 4,3 metros y sus mayores (Peugeot 3008) cercanos a los 4,5.

Para competir en habitabilidad con estos últimos, el novato eléctrico chino compacta su figura acortando los voladizos, pero respeta una notable distancia entre ejes (2,65 m). Logra así una cabina apta para cinco adultos bien avenidos, sin gran holgura ni excesivas apreturas. El hueco posterior de carga sí que acusa esa hechura comprimida y tiene que conformarse con 310 litros, capacidad limitada que también obedece en buena medida a la presencia de las baterías.

Los productos DFSK, y en particular el Seres 3, gozan de buena presencia. Rebaten así los prejuicios con los que el público occidental se suele enfrentar a lo desconocido. Más aún cuando procede de oriente y se trata de automóviles. En este caso, esos recelos habituales se desmoronan al enfrentarse a una imagen exterior y a una puesta en escena que sintonizan perfectamente con los gustos europeos. El diseño del modelo sorprende con una dosis de esmero, despertando una grata sensación de calidad refrendada por unas dotaciones bastante generosas. De ahí el lógico desconcierto de quien esperaba un producto low cost.

El Seres 3 tiene a su alcance un bagaje de equipamiento considerable. Es verdad que no incorpora grandes innovaciones tecnológicas; también que no se descuelga del nivel medio de los productos de una categoría cada vez más sofisticada.

El nuevo DFSK a pilas encomienda sus movimientos al esfuerzo de un propulsor de 120 kW, potencia equivalente a 163 CV que es derivada hacia las ruedas delanteras con ayuda de una transmisión automática. La contribución de ese bloque motriz posibilita reacciones bastante alegres, como atestigua su facilidad para progresar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos; la velocidad punta queda limitada electrónicamente a 160 km/h.

El suministro de energía al motor compete a una batería de 53,6 kWh, cuya aportación permite acreditar un alcance máximo oficial de 329 km (WLTP). Está capacitada para reabastecerse con corriente alterna o continua en carga rápida. El constructor asegura que así acumula el 80% de su contenido en media hora de conexión. La recarga completa requiere ocho horas de acople a una fuente de 6,6 kW; esa espera se dilata hasta las diecisiete horas cuando se dispone de un enchufe doméstico convencional a 3,7 kW.