Desde su posición al frente del concesionario Peugeot del grupo Karealde, avalada por un profundo conocimiento del sector, Idoia Rodríguez

interpreta con esperanzado realismo el momento que viven el mundo del automóvil y la sociedad en general.

Ha tenido tiempo para asimilar la situación. ¿Qué percibe?

—Estamos en un momento de recesión, es evidente, que obedece a una circunstancia excepcional, que nadie esperaba y para la cual no estábamos preparados. Es una crisis mundial muy diferente a la de 2008, que era puramente económica. Esta la causa un virus. Y cuando se para la actividad, se agrava la crisis. La prioridad ahora es la salud. Pero, igual que está saliendo China, lo hará Europa. Vamos a salir a medio plazo, reforzados incluso, aunque ahora cueste verlo.

Es momento de tomar decisiones difíciles.

—Los concesionarios hemos cesado la actividad comercial, manteniendo los servicios mínimos de asistencia, que es lo que se nos ha pedido desde las instituciones. Además, activamos un plan de contingencia para soportar una situación como esta, en la que no tenemos actividad, pero soportamos unos gastos fijos. Nos hemos visto obligados a aplicar un ERTE y a una contención de gastos absoluta, buscando liquidez para que la empresa sea capaz de sostenerse durante un tiempo, que estimo corto: serán tres meses de actividad precaria. Nuestra plantilla ha reaccionado con lógica preocupación, pero con la máxima colaboración. La reacción de las personas está siendo increíblemente solidaria,

responsable y respetuosa.

¿Peligra el negocio de la distribución de coches?

—La rentabilidad cada vez es menor. Por eso tenemos que buscar como alternativas la posventa y el VO. Por mucho que la gente piense que los concesionarios se quedan con un margen comercial tremendo en el vehículo nuevo, eso no es así: no ganamos un duro. Nos da volumen de facturación, pero no rentabilidad.

¿Conseguirán recuperar el empleo?

—Hay muchos empleos que no sabemos en qué punto van a acabar, si acabarán los ERTEs y habrá que hacer EREs. La economía se irá reactivando, no hay ninguna duda. Para después de verano podríamos alcanzar la normalización. El año se va a cerrar en negativo, pero con perspectiva de futuro. La confianza se ganará, pero hay que darse un tiempo. Para lograrlo va a ser importante que las administraciones

públicas estén ayudando a nivel de impuestos a las empresas y a los consumidores.

Es un momento para la solidaridad. ¿Reclama apoyo?

—Esperamos ayudas de las instituciones públicas, que lógicamente se van a reajustar en función de las circunstancias. Es más fácil parar que reactivarse; la recuperación va a costar. Cuando todo esto pase, el consumo empezará a crecer, el cliente ganará poco a poco confianza. Aunque en el sector del automóvil creo que va a costar un poquito más. Por eso va a ser importante que las instituciones públicas nos apoyen y apoyen al cliente a la hora de comprar un vehículo nuevo,cuya venta ya venía marcada por la política estricta del control de emisiones, lo que dificultará su reactivación.

Pero hablar hoy de ayudas al automóvil€

—¡Con la que está cayendo! Es verdad, lo entiendo. Pero el del automóvil es un sector económico clave. El Gobierno central lo sabe, el Gobierno vasco lo sabe. Y si no ayudamos a un sector así, tendremos un grave problema. Habrá que ayudar a otros sectores, pero también aquí. Creo que las administraciones lo harán. Suavizar algunos impuestos (IBI, actividades económicas, etc.) vendría muy bien a las empresas.

¿Ayuda al particular para la compra de vehículos nuevos?. No va a llegar para todo y habrá que priorizar. Los fabricantes también tendrán que hacer un mayor esfuerzo. Es su sector y van a tener que apostar por él.