- Un vecino de Gijón de 46 anos acude a su puesto de trabajo a diario nadando una distancia de dos kilómetros para respetar el distanciamiento social impuesto como medida para frenar la propagación de coronavirus. “Realmente pienso que es una forma de mantener la distancia ahora que es tan necesaria y de paso aprovechar el transporte y el entrenamiento todo en uno”, explicó Pablo Pedraz, un gijonés de 46 años, que tarda cerca de una hora en recorrer la distancia que separa su domicilio de su puesto de trabajo. Sin desprenderse del neopreno y ataviado con su mascarilla, Pablo sale de la playa de Poniente, muy cerca de su casa, y llega a su negocio, ubicado en la playa de San Lorenzo, donde su padre le espera para asegurarse de que está bien. Si el tiempo y las condiciones del mar lo permiten, este gijonés seguirá yendo a trabajar a nado. “La natación me hace sentir libre y en contacto con la naturaleza, me hace feliz”, declaró al diario El Comercio.