MISSCHOCOLE ha abierto sus puertas en Bilbao para dar entrada a una nueva forma de disfrutar del chocolate y hacerlo accesible a todos los amantes del dulce. Con estos principios trabajan en esta pastelería/chocolatería, donde los bombones, que se pueden comprar por unidad, adquieren una nueva dimensión. Apuestan por la originalidad en el sabor, forma y hasta el color, presentándolos con espectaculares formas, tonalidades, diseños y un brillo singular. Con rellenos no duros, saben a rosa, a violeta, lavanda, sal, trufa del Piamonte? Todo ello para sorprender a los paladares golosos ya sea con su chocolate negro, blanco, con leche o el llamado cuarto chocolate, el rubí. Al ser obrador, se puede comprobar in situ cómo es el proceso de elaboración e incluso probar el producto recién hecho. De hecho, ofrecen café, zumos y toda su gama de variedades de pastelería para un desayuno o merienda artesanos en el local.

Desde su inauguración en marzo de la mano de Leire Eguilondo, pastelera de vocación y creativa de nacimiento, que lleva en el mundo de la cocina desde 2012, va abriéndose camino en el centro de la capital vizcaina por la calidad y originalidad de sus elaboraciones. Ello con la ayuda de Zuriñe, la pastelera, y Daniela, la camarera.

En Misschocole tienen también una amplia gama de bizcochos (de naranja, coco, chocolate, manzana, pasas, nueces?) y tartas, que elaboran de encargo al gusto del cliente. Pasteles emblemáticos como el ruso de Bilbao, el bollo de mantequilla, la milhoja y la pantxineta dejarán el mejor recuerdo en el paladar. Sin olvidar los bollos, croissants, 12 tipos de palmeras, blanditas, realizadas en chocolate de diferentes tonos con rellenos de frambuesa, pistacho, Kinder, caramelo, con Lacasitos? En suma, su gama de producto es amplia, sin olvidar las pastas.

Además, allí no hay secretos a la hora de elaborar sus especialidades. En su obrador son 100% transparentes y enseñan su buen hacer en cursos -uno o dos al mes-, como los de bombones, chocolate y los recientes de turrones, polvorones y roscones. De esta forma, con las manos en la masa, se obtendrá una experiencia única en relación con el chocolate. Es, por ello, una propuesta muy especial para celebraciones de cumpleaños de niños y adultos en grupos reducidos, que aprenderán a hacer bombones en un ambiente distendido y, sobre todo, rodeados de buen gusto. Y no solo en cuanto al sabor de los pasteles y chocolates que allí se elaboran sino también en lo relativo a la decoración del local, coqueto y acogedor y con una dulce personalidad, como se percibe ya desde el exterior.

En suma, una experiencia chocolatera para disfrutar con los cinco sentidos. Esto es, viendo el proceso de elaboración, oliendo los chocolates de calidad con los que trabajan, tocando con las manos en la masa y saboreando el producto hecho por uno mismo, véanse piruletas, muñecos cake pops? y mucho más.