sON muchos los peregrinos que transitan por Markina-Xemein, localidad perteneciente a la comarca de Lea-Artibai y situada en el Camino de Santiago. Fundada a mediados del siglo XIV, ofrece un paseo monumental en el que destacan su parroquia, Monumento Nacional de Euskadi, y su curiosa ermita, con sus peñascos situados en el interior.

La villa, fundada en el siglo XIV, es el resultado de la fusión de dos núcleos de población: Markina y la anteiglesia de Xemein. Su núcleo urbano conserva aún su trazado medieval y está organizado en tres calles longitudinales y una travesera, y es en el Casco Viejo donde alberga numerosos edificios y monumentos de interés.

La visita puede iniciarse por el convento e iglesia del Carmen, en cuya fachada podemos ver una escultura de la virgen y el escudo de la orden de las Carmelitas. Los palacios Sortalekua (actual Ayuntamiento), Andonegi y Ansotegi, la torre Antxia y la antigua Casa Consistorial, entre otros, también forman parte de este rico patrimonio.

También es famosa la fuente de Goiko Portala. Construida en 1787 siguiendo las ideas de la Ilustración, bajo la columna tiene cuatro óvalos con el escudo de la villa y textos en euskera vizcaino atribuidos a Juan Antonio Moguel, párroco en Xemein, escritor y figura relevante de la intelectualidad vasca del siglo XIX.

Asimismo, alrededor del núcleo urbano hay monumentos que merecen ser visitados, como el hermoso palacio Patrokua y la parroquia de Santa María de la Asunción de Xemein, declarada Monumento Nacional de Euskadi. Data de la primera mitad del siglo XVI y se construyó al estilo de las “iglesias de salón”, con grandes contrafuertes y pocos vanos de luz. Su pórtico es de traza gótica, alberga un lujoso retablo renacentista, decoración “a la romana” y tiene un nicho con el sepulcro del Ilustrado Xabier Maria de Munibe.

ERMITA La otra joya monumental de Markina-Xemein es la ermita de San Miguel de Arretxinaga, levantada en el siglo XVIII. Ubicada en la confluencia de los dos ríos del valle, cuenta con un sorprendente templo hexagonal, cuyo altar está formado por tres insólitos y grandes peñascos de origen hidrotermal que sorprenden al visitante por su majestuosidad y su emplazamiento interior.

El origen de la ermita se remonta a la Alta Edad Media y su época tuvo ermitaños y freilas, religiosas de orden militar. La que hoy se ve es una sobria ermita hexagonal, construida en 1740 para albergar sus grandes piedras.

OTRA DOS GEMAS La visita debe incluir un paseo por el cementerio local. En alrededor de una hora se puede disfrutar del camposanto, construido en 1851 bajo el marchamo neoclásico, de forma rectangular, con cuatro pórticos diseñados como lugar de enterramiento y una capilla con vestíbulo y elementos neogriegos y neoegipcios. Fue declarado también Monumento Nacional de Euskadi.

El frontón está considerado como otra joya para sus vecinos. No en vano, es conocido como la “Universidad de la Pelota” por ser centro de aprendizaje de grandes pelotaris de cesta punta y ha difundido el nombre de la localidad vizcaina por medio mundo. El Ayuntamiento ofrece visitas guiadas. Información y reservas en el 688 813 775.