L árbol genealógico de Sabin Rahm se engrandece hacia delante, hacia un futuro dorado conquistado por su nieto, Jon Rahm, sobre los campos de golf. Tiene un ayer con gloria también. No en vano, un antepasado, Luis Rahm, fue jefe de pelotón de la primera brigada del Cuerpo de Bomberos de Bilbao hasta 1899. "En 1893, el director del Cuerpo de Bomberos propuso que se gratificase al bombero Luis Rahm por los servicios prestados durante la extinción de un incendio". La historia del apellido de esa familia se remonta a Suiza pero antes de detenernos en Sabin Rahm podemos mirar también a Pablo Segundo Jesús Rahm Veci, padre de Sabin. Su presencia estuvo registrada en San Francisco (EE.UU.) desde 1915 y le reclutaron para ir a la Primera Guerra Mundial, en 1918, pero ese año acabó la guerra.

"¿Es usted Jon Mujika, ese que escribe en DEIA? Yo tengo un nieto que juega al golf muy bien y me gustaría que le hiciese una entrevista porque me cae bien. Es el único que pone bien la ache en mi apellido y traté mucho con su padre". Así conocí una tarde de café a Sabin Rahm (y por mi ignorancia perdí la ocasión de una entrevista que se me escapó al limbo de los papeles olvidados...), un apellido conocido en las entrecajas del Athletic dado que fue, durante cerca de 33 temporadas, gestor de las fichas de los alevines, infantiles y juveniles y acompañó, junto al también histórico Manolo Morán, al Bilbao Athletic en sus desplazamientos.

Fue un bilbaino de grandeza, uno de esos cuyo molde debería conservarse como memoria de la buena gente. Más allá del Athletic que tanto quiso y del ciclismo del que tanto supo, la última pasión de Sabin fue su nieto, al que acompañó en sus primeros torneos y a quien regaló un brazalete de capitán de Athletic que aún lleva en su equipaje. "Es lo primero que meto en el equipaje cada vez que viajo", dijo Jon en la emotiva carta de adiós que le escribió a Sabin tras su muerte en 2018.

Son muchas las anécdotas de Sabin Rahm como delegado del Athletic que permanecen frescas en la memoria en clave rojiblanca. Aquella ocasión, por ejemplo, en la que el cadete entrenado por Ernesto Valverde se proclamó campeón en París de la Nike Cup en 1998. El propio Sabin se encargó de telefonear a los diarios (entonces no existían los móviles) para dar los pormenores de las distintas eliminatorias, partido decisivo incluido. Sabin, siempre entegado a sus pasiones, dejó huella imborrable en el árbol grande.

Protagonista: Sabin Rahm.

Gesta: Fue delegado de las categorías inferiores del Athletic durante más de 30 años con tanta pasión y entrega, con tanta dedicación, que Jon Rahm, su nieto más célebre, fue y será el nieto de Sabin para el club de San Mamés por mucha gloria que alcance en los campos de golf de medio mundo.