SUS orígenes fueron una suerte de predestinación de lo que vendría despues. No en vano, Julita Berrojalbiz creció en un ambiente euskaldun. Con cinco años comenzó en la Escuela Pública aun sin saber palabra alguna en castellano. Con 10 años se trasladó a Bilbao para estudiar en un colegio de monjas, y después se fue a Vitoria para realizar el bachillerato superior en las Teresianas. Aunque quería estudiar Medicina dejó de lado esa idea al no recibir apoyo de su entorno; entonces comenzó la carrera de Química en Valladolid, propósito que también abandonó. Al final, al igual que sucedión con muchas mujeres de aquella época de los años 40 y 50, realizó los estudios de Magisterio, terminándolos a los 26 años, en 1949.

Dos años después, al casarse se trasladó a vivir a Bilbao en 1951. Se dio cuenta de que, aunque sabía leer en euskara, desconocía su gramática, y entonces acudió a Xabier Peña, escritor y pedagogo vasco y persona que trabajaba la alfabetización en euskara en la capital vizcaina. Estuvo con él durante los cursos de 1952-1953.

Recordemos que la primera ikastola de Bizkaia se abrió en la catequesis de la iglesia San Nicolás de Bilbao, el 9 de octubre de 1957, por iniciativa, entre otros, del propio Xabier Peña. La primera andereño fue María Ángeles Garai y se hizo cargo de 14 alumnos. Pero con el tiempo el alumnado fue creciendo y se necesitaron más docentes, y entre otros, empezó Julita. Duraron un año en aquel lugar, puesto que a causa de una demanda fueron expulsados; entonces se movieron a un local de los franciscanos de Iralabarri; al final comenzaron las clases el 9 de enero de 1959, con niños de entre 3 y 8 años.

También les echaron de allí. No sabían a dónde ir ni qué hacer y a Julita se le ocurrió que tenían que empezar a ir de casa en casa. En 1960 funcionaban en Bilbao cinco ikastolas-cocina; en casa de Julita estudiaban 12 alumnos, entre ellos sus dos hijas pequeñas.

Ahí comenzó su lucha por la oficialidad. Al conseguirla, el número de alumnos creció y pensaron que tenían que buscar una solución para hacer frente a la demanda. Unos pensaban que la ikastola tenía que estar vinculada a la religión y crearon la Ikastola Begoñazpi; otros, como Julita, estaban a favor de una ikastola laica, y después de hacer una cooperativa nació en Loiu la Ikastola Lauro, en 1972. Julita no impartía clases, pero gracias a su presencia hacía que se cumpliese la disciplina académica. Dejó el cargo de directora pedagógica de Lauro el curso 1975-1976.

Protagonista: Julita Berrojalbiz.

Gesta: Fue profesora, impulsora del movimiento de ikastolas en Bizkaia y una de las fundadoras de la Ikastola Lauro en Loiu. Ayudó a muchas ikastolas que se pusieron en marcha en Bizkaia en aquellos pioneros días. Euskaltzaindia le nombró miembro correspondiente en 1967 y miembro honoraria en 1998.