HABÍA dejado dicho que su trazado se denominó, en principio, Gran Vía de San Mamés y que se hablaba de una calle recta de 1.600 metros. En el anterior capítulo, dicho sea a modo de serial, les hablé de Don Diego López de Haro y el Sagrado Corazón, el alfa y omega de la calle que hoy se conoce y reconoce como la Gran Vía, aún eje central de un Bilbao que crece y se expande. Recordemos, antes de que la ciudad se extienda hacia el mar del todo, cuáles son los hitos de aquellas tierras.

En la manzana que ocupaba el edificio del BBVA, estuvo en su tiempo el viejo edificio del Banco de Vizcaya y una casa de vecindad en cuyos bajos estaba el magnífico Café Lyon D’Or. Era en los años cincuenta, sede de tertulias de personalidades importantes de todos los órdenes. En su terraza se sentaban escritores como Blas de Otero o Luis de Castresana, políticos multicolor, el pintor Jorge Oteiza y un sinfín más de intelectuales. Inaugurado en 1903, sus elegantes salones estaban decorados por Gignoux y Maeztu.

En 1882 la Madre Camila Parmentier, vicaria de la comunidad religiosa de origen francés del Sagrado Corazón, presentó al Ayuntamiento los planos del edificio religioso y docente. Años después, sobre el solar de este colegio, se edificó El Corte Inglés un 25 de mayo de 1969, que hace no mucho acaba de celebrar su medio siglo de vida con aparente buena salud.

Sigamos. Las obras del Banco de España comenzaron en 1918 y acabaron entre 1922 y 1923. En la fachada principal tiene pilastras y columnas, en cuya parte superior van cuatro cariátides que sostienen el frontis. Una cornisa de molduras y jarrones así como otra de guirnaldas y grecas, dan un cierto estilo barroco a la parte superior del edificio.

En 1922 el arquitecto Pedro Guimón Eguiguren diseñó los planos del edificio del Banco de Bilbao, sufriendo varias modificaciones hasta su construcción. Los terrenos fueron comprados por José Luis de Villabaso a nombre del Banco de Comercio en 875.000 pesetas al señor Olavarri. La contrata de edificación se fijó en 1.975.502,48 pesetas y la primera piedra se coloca el 17 de enero de 1920. Se inauguró el 24 de agosto de 1957.

Las fachadas tienen series de columnas con capiteles corintios, el conjunto es una inspiración clásica con elementos barrocos. Hace un chaflán con la calle de Mazarredo en donde está la puerta principal, rematada en la parte superior, sobre un bloque que reproduce la proa de una carabela, por la estatua del dios Hermes. Esta escultura tiene cinco metros de altura y es copia de la interpretación que hizo en el siglo XVI el escultor flamenco Juan de Bolonia. Fue realizada en bronce por Moisés Huerta Ayuso (Zapardiel Valladolid 1881-Bilbao 1962) en los talleres de los hermanos Navarro e instalada en septiembre de 1922 por Bernardino Letona.

En 1904 en el número 11 de la Gran Vía estaba El Noticiero Bilbaino dirigido por Manuel Echevarría Torres. El 20 de julio se cursó una solicitud para abrir la Exposición Olimpia, dedicada también a café público. El 7 de mayo de 1907 piden permiso para instalar una caseta y una pantalla sobre el tejado de los pabellones para proyectar cine. En su interior, con un surtidor y un estanque, por el precio de una consumición se podía disfrutar de la actuación de una compañía de teatro o del llamado género chico.

En 1909 los empresarios del Café Modelo, Bruno Barón y Antonio de Diego, así como una serie de amigos que se reunían en la tertulia del Café Suizo, se decidieron a montar un cinematógrafo en el Olimpia. En 1931 se instaló un equipo sonoro con el que se proyectó como inauguración la película La canción del día. Este cine, que se había montado como unos pabellones provisionales, terminó su historia cuarenta años después, en la primera quincena de enero de 1947. En su lugar hoy está la Sala BBK, antiguo Cine Gran Vía, inaugurado el 25 de marzo de 1951 con la película Las zapatillas rojas. En estos parajes estuvo el primer Teatro-Circo, que abrió sus puertas a las 8 de la tarde del sábado 22 de agosto de 1885, después de que Mr. Henry Clark obtuviera el permiso para abrir una sala de espectáculos denominada Teatro Circo Panorama de la Gran Vía.

En 1889, siendo presidente de la Corporación Provincial Pablo de Alzola, se propuso y aprobó la compra de terrenos en la Gran Vía para la construcción de un nuevo palacio provincial para la Diputación. Se edificó sobre los terrenos donde estuvo el Caserío La Rusa, rodeado de frondosas alamedas y robledales añejos. Las obras costaron más de tres millones de pesetas. Se inauguró el día de San Ignacio, 31 de julio de 1900, siendo presidente de la Diputación Enrique de Aresti. El edificio presenta fachada a tres calles siendo la principal la de la Gran Vía, con un cuerpo central con porche saliente de entrada, sobre el que va una balconada a modo de palco.

Esquina con Astarloa está la pastelería de Arrese. La familia Arrese comenzó su andadura como pasteleros en pleno Casco Viejo en 1852. Era una preciosa pastelería-confitería situada en los bajos del número 8 de la calle Bidebarrieta, decorada con mármoles de Carrara y toda clase de lujos, la dirigía Ildefonso Arrese. Frente al palacio de la Diputación un 2 de enero de 1906 se anuncia en los periódicos el cine X Non Plus Ultra, como “Grandioso cinematógrafo parlante, absolutamente perfeccionado con todos los adelantos modernos. Único en Bilbao”. En 1951 se construyó el edificio Bilbao- Bizkaia Kutxa-BBK en el nº 19 y el 31 de octubre de 1984 después de una profunda remodelación, se inaugura el edificio que ahora ocupa la Bilbao-Bizkaia Kutxa-BBK en el nº 32. En su interior se aprecia la escultura Abstracción V, de Vicente Larrea, forjada en hierro. En el pedestal aparece la leyenda Miatze Gorria, (mina roja) y varios versos del poeta Lauaxeta dedicados a Bizkaia y sus minas.

El edificio de viviendas que ocupa el solar nº 55, diseñado por Pedro Ispizua y Susunaga en 1945, está rematado por dos esculturas de cuerpo entero que representan a la diosa Ceres con su cuerno de la abundancia y a Mercurio y las casas de Sota, declaradas monumento histórico-artístico. Se proyectaron en 1920 para oficinas de Sota y Aznar, según proyecto del arquitecto Manuel María Smith e Ibarra. Los edificios se denominaron Indatzu-Bekoa, Erdi-Koa y Bekoa.