La serie Hierro sorprendió en su primera temporada por su calidad, y lo hizo desde los mismísimos títulos de crédito. Sus protagonistas cruzan ahora los dedos para que en esta segunda ocurra lo mismo. La abrupta isla canaria de El Hierro se ha convertido en un personaje más de la historia centrada en Candela, una jueza exiliada por su rebeldía a un lugar considerado remoto. Es una mujer tan difícil como empática en ocasiones.

"La segunda temporada de Hierro regresa a esa isla tan especial y a la vida de Candela, una jueza incómoda, y de Díaz, un turbio empresario. Sus caminos se vuelven a cruzar. Candela ha de ocuparse de un desagradable litigio por la custodia de unas niñas de la edad de su hijo Nico, mientras Díaz se enfrenta a cabos sueltos de su pasado. La violencia vuelve a la isla de El Hierro, sea por venganza, por codicia o por amor a la familia", explica su creador, Pepe Coira.

Además de Candela Peña, la producción presenta a un solvente coprotagonista masculino, Darío Grandinetti, quien encarna a un empresario turbio, pero con ciertos valores, y entre ambos hay una relación difícil de definir basada en una atracción casi letal que ninguno puede negar, pero tampoco quieren reconocer. Enemigos a ratos y más que amigos en situaciones especiales, ellos centran de nuevo la trama de esta próxima tanda de entregas. "Díaz es un villano creíble. Es un hombre oscuro, pero con él se genera empatía", señala el actor, mientras que Peña describe así a su personaje: "Candela es una mujer que siempre va al límite. La vida se lo pone difícil, pero ella es una luchadora".

Creada por Pepe Coira y dirigida por su hermano Jorge, la serie es un trabajo en familia que ambos han disfrutado, y los dos reconocen que la elección del escenario fue tan acertada como complicada. "Hacer una producción en una isla como El Hierro supone diseñar una logística muy medida, pero es un escenario que te da muchas satisfacciones", señalan. Al igual que la primera temporada, es una serie muy coral.