El toro

Steve Jobs decía mucho eso de que innovar era decir no a 1.000 cosas. Es de hecho lo primero que hizo al regresar a Apple; quitar líneas de producto más que poner. Mucha gente le criticó por no estar siendo innovador. Y es que este término, tan usado como mal usado, se asocia fundamentalmente a la creación y no tanto al cierre. Pero la estrategia muchas veces también es eso; saber acertar en a qué decir que no y a qué decir que sí. Ser estratega e innovador a la vez es más rechazar que aceptar. Apple empleaba esta creación del genio malagueño para realzar la importancia de dejar todo en su esencia. Comparen un iPod con los reproductores MP3 de la época, el mando de su TV con el que tengáis en casa o un iPhone con los móviles de la época.

Estas dos invenciones, hubieran sido imposibles sin concentrar los esfuerzos en pocos productos.

Me acordaba de este caso pensando en que las últimas novedades tecnológicas son costosas de explicar. Me he pasado todas las vacaciones de Semana Santa teniendo que explicar cosas que realmente me ha costado. Cada vez más. ¿Seré yo? ¿Será que me estoy haciendo mayor? Ciertamente quizás no. Puede ser el estadío al que estemos llegando también a nivel de innovación y soluciones digitales. Y puede ser una evolución normal. Una vez asentadas las bases, las novedades son cada vez más complicadas.

Pero mi lado romántico tecnológico me pone freno cuando pienso que todo se está complicando. Pensaba en las 3.200.000.000 de personas en el mundo usan cada mes alguna hoja de cálculo. Fundamentalmente, la herramienta Microsoft Excel. Esto no dejaría de ser un dato interesante para saber su relevancia, si no fuera porque siempre me recuerda a la historia del crecimiento de Apple y por qué cambiaron los ordenadores para siempre. Es la historia de VisiCalc. En 1978 Dan Bricklin era estudiante de la Harvard Business School. Tuvo una idea: crear una calculadora que fuera manejable con el ratón (dispositivo de entrada que tampoco tenía mucho tiempo de vida). Dan, junto a Bob Frankston, lo desarrollan, y presentan en clase para hacer las estimaciones financieras, con diferentes escenarios de Pepsi-Cola. La clase enmudece. La potencia es muy alta, y se entiende a la primera. Es la belleza de la simplicidad que a la vez soluciona problemas reales.

Estos creadores, tras terminar la carrera, programan todo para que sea compatible con los Apple II. Antes de la llegada de esta hoja de cálculo, pensad que las proyecciones económicas se hacían a mano. Si se cambiaba una celda, había que rehacer todo nuevamente. VisiCalc reduce este trabajo de 20 horas a 15 minutos. Y, sobre todo, hace creer a la gente que los ordenadores pueden llegar a ser herramientas de trabajo. Steve Jobs siempre reconoció en vida que éste fue el punto de inflexión de Apple. Y desde entonces, he contado esta historia decenas de veces para trasladar la idea de que innovar en muchas ocasiones es más pensar en problemas reales que en soluciones complejas. ¿En qué punto de la historia de la innovación tecnológica estamos? ¿Pensando en soluciones complejas que nadie entiende o tratando de resolver problemas que realmente existen?

Lo que sí tengo claro es que la simplicidad no está pasando sus mejores horas. Si alguien te explica algo de forma complicada, es que realmente no lo entiende. l

¿En qué punto de la historia de la innovación tecnológica estamos? ¿Pensando en soluciones complejas que nadie entiende o tratando de resolver problemas que realmente existen?