La Fundación Vasca para la Ciencia-Ikerbasque ha premiado este miércoles a tres investigadoras "brillantes" a las que ha reconocido públicamente con el objetivo de "visibilizar" a las científicas, revertir los estereotipos de género sobre este ámbito de la ciencia y ofrecer referencias femeninas "académicas y sociales" a las nuevas generaciones.

En un acto al que ha asistido la consejera vasca de Educación y presidenta de Ikerbasque, Cristina Uriarte, y la rectora de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Nekane Balluerka, entre otras representantes del mundo vasco de la ciencia e innovación, se ha distinguido a la catedrática de Psicología de la Universidad de Deusto, Helena Matute por su trayectoria; a la doctora en Neurociencia Cognitiva, Clara Martín, por su liderazgo en este campo del conocimiento, y a la doctora Matxus Perugorria por su contribución al estudio del daño hepático crónico y el cáncer de hígado.

"En el mundo de la ciencia también hay que ser percibida, no basta con esperar a que la propia brillantez se imponga, porque la historia nos ha enseñando que no es así", ha destacado el director científico de Ikerbasque, Fernando Cossío, quien ha lamentado que en la actualidad, en Euskadi, la proporción entre hombres y mujeres que se dedican a la ciencia está en un 0,3, cuando la paridad se alcanza con un 0,5, aunque ha precisado que esa proporción mejora en el sector más joven de la investigación.

Cristina Uriarte ha hecho hincapié también en la importancia de que las niñas "conozcan y visibilicen" a investigadoras para despertar vocaciones científicas y que "tengan referentes en los que fijarse". Según ha dicho, en el marco de la estrategia de captación de talento y excelencia de Ikerbasque para los próximos años se aspira a llegar a los 400 investigadores y se confía en que "buena parte sean mujeres".

Tras recibir las distinciones, las homenajeadas han hablado de sus trayectorias laborales, que incluyen en los tres casos numerosas estancias en el extranjero. Así, Helena Matute, que ha investigado el aprendizaje, la toma decisiones y la influencia de la inteligencia artificial en la conducta humana, ha destacado que la carrera científica es "muy dura", y que la discriminación "existe y es real".

Según ha afirmado, la característica común de las investigadoras de su edad, nació en 1960, es que no han tenido hijos y en el caso de que tengan pareja, esa persona ha tenido que prestarles mucho apoyo en el ámbito doméstico porque "en caso contrario, resulta imposible".

La experiencia de Clara Martín (1978), especializada en el campo del bilingüismo y el multilingüismo, es ya diferente, aunque la conclusión es la misma: con pareja y madre de un hijo considera que la "igualdad de género en la vida laboral no es posible sin igualdad en la ámbito familiar".

La más joven, Matxus Perugorria (1981), ha asegurado, por su parte, que disponer de referencias de otras mujeres constituye "un aspecto clave" de la motivación y ha mantenido que también es importante "visibilizar y normalizar" la presencia de científicas en los medios de comunicación.