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Pisa no esta sola, hay otras siete torres inclinadas en Europa

La armonía y la estabilidad son unas constantes que cuando se contempla un edificio asombran y emocionan, pero la falta de estabilidad fascina

Pisa no esta sola, hay otras siete torres inclinadas en EuropaFreepik

La arquitectura y los edificios de todo tipo se convierten a menudo en un atractivo turístico de gran relevancia. Entre los edificios más famosos, sobre todo en Europa, y que más visitantes atrae se encuentra la Torre de Pisa, que además de su evidente valor artístico cuenta con un elemento extra y ajeno a la voluntad humana, su inclinación.

Su falta de verticalidad le otorga una fascinación en lo que parece una lucha entre las leyes de la física que a todos nos gobiernan y la voluntad humana de resistirse a ellas. Como si fuera un funambulista de piedra, parece resistirse a la ley de la gravedad.

Pero no es la única. A lo largo de Europa hay algunos ejemplos más que pueden disfrutarse y sentir esa inquietud de quien espera algo que no termina de llegar. Errores de cálculo, terrenos inestables, accidentes naturales están detrás de estos desequilibrios tan fascinantes.

Las torres Garisenda, a la derecha, y Asinelli, la más alta, en Bolonia

Las torres Garisenda y Asinelli (Bolonia, Italia)

A lo largo de la Edad Media, la italiana ciudad de Bolonia destacó por las torres defensivas que se construyeron en su interior. De todas ellas quedan solo dos, las de las familias Garisenda y Asinelli, ambas del siglo XII. Se cree que Garisenda tenía unos 60 m de altura, pero el continuo hundimiento de la torre hizo que se rebajara su altura a los 48 actuales para evitar su caída definitiva. Su inclinación es de 4 grados sobre la vertical. La torre Asinelli es más alta, cerca de 98 m, y mantiene su estructura original. Su desviación es de 1,3 grados.

La torre de la iglesia de San Pedro de los Francos en Calatayud.

La torre de San Pedro de los Francos (Calatayud, España)

En España también hay varias torres inclinadas, pero la más especial es la de la iglesia de San Pedro de los Francos en Calatayud, Zaragoza. La torre tiene una inclinación en caída hacia la calle que supera el metro y medio. Como la de Garisenda, su cuerpo superior fue desmontado en 1840 para evitar sustos. En concreto los de la entonces reina regente María Cristina y su hija Isabel II, a la que todavía le quedaban tres años para su reinado efectivo, y que visitaron la ciudad en ese año.

la torre de de la Iglesia Vieja de Oude Kerk.

Torre de la Oude Kerk (Delft, Países Bajos)

La torre campanario de la Iglesia Vieja de Delft, en los Países Bajos, tiene una altura de 75 metros. El motivo de su inclinación está en la inestabilidad del terreno. Una zona de abundante agua, que a pesar de estar canalizada hace que sea muy maleable. Se ha intentado enderezarla pero no se ha conseguido y así la han dejado, convirtiéndose en uno de los símbolos de la ciudad.

La torre de la capilla de Suurhusen (Países Bajos)

Campanario de la Capilla de Suurhusen (Alemania)

A pesar de la fama se la lleva Pisa, en la actualidad, el campanario de la Capilla de Suurhusen, en Alemania, es la que ostenta el título de la construcción con mayor inclinación del mundo según el libro Guinness de los Récords. La inclinación de esta torre es superior a los 5 grados. Data del siglo XV y está construida en ladrillo sobre terreno pantanoso, causa del lento hundimiento. Tras un proceso de asentamiento y refuerzo de los cimientos en la década de los años 70 del pasado, sigue abierta al público y al culto.

La Torre de Bad Frankenhausen.

La Torre de Bad Frankenhausen (Alemania)

El norte de Europa parece un terreno inestable ya que también en Alemania, en la región de Turingia, se encuentra la iglesia de la Virgen de la Montaña, en la ciudad de Bad Frankenhausen. Levantada en 1382, su torre de 56 metros empezó a inclinarse a mediados del siglo XVII debido al terreno pantanoso sobre el que se asienta. Y desde entonces no ha habido manera de parar el proceso y ya ronda los 5 grados de inclinación. El desenlace parece inevitable si no se encuentra solución.

El faro de Kiipsaare (Saaremaa, Estonia)

Las costas bálticas no son especialmente amigas de las construcciones verticales. El faro de Kiipsaare, en la estonia isla de Saaremaa, es un ejemplo de ello. Se construyó a más de 100 metros de la costa, pero con el tiempo, el mar ha erosionado el terreno y se ha tragado parte de la península de Harilaid, donde se asienta. La situación provocó el fin del servicio del faro y su abandono. Cada vez está más inclinado y su final también parece irreversible.

La torre de Nevians, la única cuya inclinación es intencionada.

Torre de Neviansk (Rusia)

La torre inclinada más famosa de Rusia se encuentra en los Urales, en concreto en la ciudad de Neviansk, a orillas del río Neva. Construida a principios del siglo XVIII, tanto su origen como su finalidad son un gran misterio, especialmente cuando se conoce que su inclinación es intencionada utilizando ladrillos redondeados y hormigón armado, toda una revolución para la época. Tiene la altura de un edificio de 20 plantas y cuenta con un campanario y un reloj musical que aún está en funcionamiento. Convertida en atracción turística, en su interior cuenta con un laboratorio y un puesto de observación.