El Canal Imperial de Aragón, construido de 1776 a 1790 entre Fontellas (Navarra) y Fuentes de Ebro (Aragón), es una de las obras hidráulicas más importantes de Europa. Es un canal de riego y de navegación con un recorrido de 110 km entre la Navarra y Zaragoza.

Al Canal Imperial se le puede llamar también en de los Tres Carlos. Fue el emperador Carlos I el que en 1528 encargó levantar a unos cinco kilómetros de Tudela un azud, una presa para derivar agua del Ebro hacia la que entonces se llamó Acequia Imperial de Aragón. Aunque no se completaron los objetivos previstos sí llevaron el regadío a las localidades de Ribaforada, Buñuel y Cortes, en el límite sur de las Bardenas Reales.

El Canal Imperial de Aragón, supera El Bocal de Fontellas para dirigirse hacia su destino, Fuentes de Ebro, en Aragón. J.M. Ochoa de Olza

Las crecidas del Ebro la dañaron, perdiendo terrenos de regadío. En 1771, a finales del reinado de Carlos III, se proyectaba el nuevo canal que haría navegable el Ebro, suministraría energía y ampliaría la zona de riego, comenzando las obras en 1776 y concluyendo en 1790 con Carlos IV en el trono. El 15 de agosto se dio por finalizado el Canal Imperial tras colocarse la última piedra de la presa de El Bocal, que se bautizó con el nombre del ingeniero que las dirigió, Ramón Pignateli.

Fontellas y El Bocal

El tramo navarro del Canal Imperial lo forman cuatro municipios, Fontellas, Ribaforada, Buñuel y Cortes.

Fontellas, a unos cinco kilómetros de Tudela, la capital de la Ribera, es la cabecera del canal ya que en su termino municipal se encuentra El Bocal, auténtico Km 0 tanto del Canal Imperial como del más moderno Canal de Lodosa.

Esta villa de origen medieval fue un núcleo de población musulmán hasta la toma de Tudela en el siglo XII por Alfonso el Batallador. Desde entonces ha sido parte de diversos señoríos. Su labor agrícola se disparó con la Acequia de Aragón en el siglo XVI y después del Canal Imperial en el XVIII.

El Ebro y el canal han convertido las tierras de Fontellas y otros municipios vecinos en una fértil huerta que limita con las Bardenas Reales. J.M. Ochoa de Olza

Es un pueblo tradicional de la Ribera en el que con el correr de los años se han ido renovando y mejorando sus calles y edificios, adecuándolos a las necesidades y realidades de cada época. Un ejemplo de esto es la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Este templo se levantó durante el siglo XVI con un planta de nave única de tres tramos y cabecera pentagonal. La bóveda es estrellada de estilo Reyes Católicos. Con el tiempo fue necesaria una renovación y en el siglo XIX se le añadieron dos capillas laterales y una nueva fachada de ladrillo.

Su gran patrimonio es El Bocal, una lengua de tierra que por un lado tiene al río Ebro y por el otro el Canal Imperial. Se ha convertido en una especie de jardín hortícola combinado con un poblado para atender las necesidades de los viajeros y mercaderías que navegaban entre Tudela y Zaragoza, así como controlar el flujo de agua y sus compuertas. También fue un lugar de retiro en el que el propio emperador podía refugiarse. Por ello se alternan los edificios de ocio como el palacio de Carlos V y la iglesia de San Carlos Borromeo con los necesarios para el servicio, como la Casa de las Compuertas, la presa Pignatelli, la almenara de San Carlos, el embarcadero, la Posada o la casa de los Jardineros.

La Casa de las Compuertas y la presa Pignatelli, el kilómetro 0 del Canal Imperial. Juan Miguel Ochoa de Olza

Estos últimos eran importantes ya que en parte del terreno, además de jardines de esparcimiento, en el que destaca el Laberinto vegetal, también se cultivaban numerosas huertas y plantíos para alimentar a quienes allí vivían. En este patrimonio natural destaca un viejo roble centenario que todavía se alza sobre el resto de la vegetación.

Hasta Cortes

Aguas abajo de El Bocal, tres pueblos más se benefician de su paso. Son Ribaforada, Buñuel y Cortes.

Ribaforada es una de las localidades más importantes de la zona. Como la mayoría de ellas su origen como asentamiento musulmán cambió tras la conquista de Tudela, aunque mantuvo una notable población de esta fe mientras era administrada primero por la Orden del Temple y después por los Hospitalarios de San Juan.

Restos del horno de cerámica romano que se ha encontrado en Ribaforada, el único de Navarra. Juan Miguel Ochoa de Olza

Pero la ocupación de esta zona cercana al Ebro es muy anterior, ya que se han encontrado diversos yacimientos romanos, en el que destaca el de San Gregorio, que ha descubierto el hasta ahora único horno de cerámica romano en Navarra. Ubicado junto al parque Mirador de las Bardenas, desde allí, por encima del canal, se disfruta de la impresionante silueta de la Bardena Negra en el horizonte.

Antes de seguir la ruta se pueden visitar las iglesias de San Blas, de origen templario con estilo mudéjar y que recibe el sobrenombre de vieja, y la de San Bartolomé, la nueva.

Alejándose algo del Canal Imperial, pero todavía bajo su influencia, aparece Buñuel, la puerta directa a las Bardenas por el sur. Aunque los primeros asentamientos son de origen romano, su entrada en la historia es similar a de los pueblos de esta zona de la vega del Ebro, la guerra entre cristianos y musulmanes y el cambio de dominio en el siglo XII.

Buñuel es la puerta de entrada al sur de las Bardenas Reales por la Bardena Negra. Juan Miguel Ochoa de Olza

Esta villa se convirtió en una encomienda de los Hospitalarios de San Juan, que dejaron una profunda huella en la población con el Antiguo Hospital de San Juan en la calle Mayor, además de crear la cofradía de San Antón, que tenía su sede en la desaparecida ermita del mismo nombre. Otro señalado edificio civil es el palacio del Conde de Altamira, de inequívoco estilo barroco. La iglesia de Santa Ana es un ejemplo de lo vivido en estos pueblos de la Ribera de Navarra, una continua renovación que añade capas a su historia. Así, este templo es del siglo XVI, pero se le han ido añadiendo modificaciones, las últimos en 1958, cuando se añadieron dos naves y la actual fachada.

Cortes es el final del trayecto navarro del canal. En la misma muga con Aragón se ubica esta localidad que tiene en su castillo medieval su principal atractivo. De probable origen musulmán, los cristianos tomaron posesión de él y se convirtió en uno de los bastiones que vigilaba la frontera entre los reinos de Aragón y Navarra. Ha sufrido numerosas remodelaciones en función de los usos que se le iban dando.

El castillo de Cortes tiene su origen en la época musulmana de la localidad y a lo largo de tiempo ha sido remodelo en numerosas ocasiones. J.M. Ochoa de Olza

A su vera se ha ido organizando el núcleo urbano, con la iglesia de San Juan Bautista al frente, el antiguo ayuntamiento a un lado y el espectacular jardín municipal detrás.

El Corredor Verde del Ebro

El proyecto El corredor verde del Ebro: Paraíso Sostenible, como itinerario cicloturista y senderista se basa en la importancia del Ebro como una vía de comunicación y comercio. Se trata de seguir caminos ya existentes como el Camino Natural del Ebro, la calzada romana Tarraco-Astorga, el Camino de Santiago por el Ebro, el Camino Ignaciano y el Camino de la Veracruz, dándole un uso de ocio y deporte.

El itinerario por la Ribera de Navarra es un trazado de unos 150 km repartidos en cuatro itinerarios conectados que transcurren por los municipios de Cortes, en la muga con Aragón, y remonta por Buñuel, Ribaforada, Fustiñana, Cabanillas, Fontellas, Tudela, Arguedas, Valtierra, Castejón, Cadreita, Milagro y Azagra.

Todo el recorrido se encuentra balizado. Se incluyen diez áreas de descanso accesibles y tematizadas, junto con marquesinas de descanso sostenible. Además habrá siete áreas de autocaravanas y tres centros BTT. También se habilitarán cuatro aparcamientos de bicicletas seguros e inteligentes, soporte y ecocontadores digitales. Se va a crear una red de siete observatorios Starlight dirigida a potenciar el turismo astronómico gracias a la calidad del cielo comarcal. A su vez existen seis miradores, observatorios de aves y diez puntos de acceso al río.