El pelotón del Tour de Francia mantuvo un pequeño paro en el inicio de la cuarta etapa, 150 kilómetros entre Redon y Fourgères, en protesta por las condiciones en las que se han desarrollado las ultimas jornadas, marcadas por numerosas caídas como la registrada ayer en la línea de meta.

Dirigidos por le francés Julian Alaphilippe en un primer momento y, posteriormente, por el alemán André Greipel, los ciclistas pusieron pie a tierra pocos segundos después de que el director del Tour, Christian Prudhomme, lanzara la salida real.

Tras un par de minutos de paro retomaron la carrera pero a un ritmo muy bajo, que han mantenido varios kilómetros en señal de protesta.

Los corredores quieren así mostrar su descontento con algunas decisiones, tanto de los organizadores como de la Unión Ciclista Internacional (UCI).

En concreto, no han digerido bien que los comisarios de la carrera no aceptaran detener el crono para la clasificación general a cinco kilómetros de la meta en las etapas llanas.

La Asociación de Corredores emitió un comunicado en el que expresó estas inquietudes de los ciclistas y pidió que se abran negociaciones con las diferentes instancias implicadas para buscar soluciones a estos problemas.