Otro día de ciclismo espectáculo en el Tour de Francia. La jornada nos deja varios frentes a los que mirar. Hay que subrayar lo importante que es tener siempre gente delante, tanto para atacar como para defender. Se ha demostrado tanto con Evenepoel como con Vingegaard. Sus equipos lo han hecho perfecto tácticamente. Cuando lo han necesitado, ambos han podido contar con compañeros por delante. Uno ha atacado y el otro se ha defendido, pero el hecho de que tuvieran corredores para ayudarles quiere decir que han corrido muy bien. Soudal y Visma han hecho una gran carrera en el aspecto táctico. En cuanto al líder, Pogacar ha marcado terreno de nuevo. Está intratable. El Tour está sentenciado, pero sigo pensando, aunque suene raro, que el Visma lo va a intentar una vez más, aunque eso sí, con el temor de que Evenepoel, tercero, ya no está tan lejos del danés. El belga ha demostrado que está bien. También es cierto que en los puertos con rampas más duras y más largos, cuando Vingegaard se ha movido, ha dejado a Evenepoel y lo que queda de montaña es mejor para el danés que para el belga. Eso sí, creo que si el danés ataca lo hará para retrasar al belga más que por el hecho de tratar de ir a por el Tour. En cualquier caso, tengo claro que lo va a intentar. Respecto a Carapaz, qué decir. Es un corredorazo y su victoria ha sido espectacular. Le ha costado mucho porque ha estado en numerosas fugas a lo largo de este Tour, pero al final ha obtenido un merecidísimo premio. Esto demuestra lo difícil que es ganar una etapa en la carrera francesa. En Noyer ha demostrado que era el que más fuerza tenía, pero por un instante he pensado que Simon Yates se le iba porque el inglés se ha anticipado. El ecuatoriano ha podido rectificar a tiempo. Carapaz ha pasado desapercibido en la fuga para asomarse en el momento exacto. Ha demostrado que tenía más patas que nadie y cuando eso ocurre es muy difícil perder. Lo ha hecho genial.

El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk