Tras luchar en los últimos kilómetros codo con codo con su hermano Simon en un desenlace que es ya historia de la ronda gala mientras sus padres seguían la etapa con su caravana desde la cuneta, Adam Yates entró triunfador en la línea de meta de Bilbao para enfundarse el primer maillot amarillo del Tour de Francia. El ciclista inglés, lugarteniente de Tadej Pogacar en el UAE, ofreció una gran demostración de fortaleza en la jornada inaugural. Primero rompió la carrera en la eléctrica ascensión a Pike y posteriormente abrió un hueco decisivo para poder jugarse la gloria mano a mano con su hermano, resultando vencedor en la pugna. “Ha sido un momento muy especial compartir algo así con mi hermano, pocas familias pueden decir que han vivido esto”, afirmó satisfecho antes de subir al podio.

En los primeros kilómetros de su aventura juntos, Adam no ofreció relevos a su hermano Simon porque su función era estar pendiente de lo que ocurría con Pogacar a sus espaldas. “Tenía dudas sobre si trabajar o no, pero en un momento dado desde el coche me dijeron que adelante, que lo intentara, y al final todo ha salido perfecto. No ha sido algo premeditado guardar energía para el final, aunque eso me ha permitido tener el maillot amarillo. Pero hemos visto que mi hermano está en una gran forma”, argumentó. Además, Yates aseguró que su victoria y el hecho de ser el primer líder de la carrera no cambia ni lo más mínimo la estrategia del UAE Team Emirates. “La prioridad es Tadej, creo que es el ciclista más fuerte del mundo y el objetivo es ganar el Tour. Vamos a jugar nuestras cartas en los próximos días. Mañana (por hoy) es una jornada difícil y está la bonificación en el ascenso a Jaizkibel, que puede cambiar las cosas. Pero si esto puede servir para ayudar a Tadej, me alegro”, dijo.

Por su parte, Pogacar no escondió su alegría por la victoria conquistada por su compañero. “Ha sido una victoria de equipo, como si hubiera ganado yo o incluso mejor. Durante toda la temporada mis compañeros trabajan para mí y que Adam haya ganado es una gran alegría para mí y para el equipo. Yo me he sentido mejor, el motor va arrancando. Ha sido un día duro y la última ascensión ha sido muy difícil. Al final, Adam ha aprovechado su oportunidad y ha salido todo perfecto”, celebró.