El cineasta Álex de la Iglesia ha rememorado en el programa "Al cielo con ella" uno de los momentos más decisivos de su trayectoria: cómo logró que Pedro Almodóvar produjera su primera película. El director bilbaino explicó que todo comenzó cuando le llevó a Almodóvar su primer cortometraje, “Mirindas asesinas”, sin haberlo terminado.

Le llevé el corto de Mirindas sin sonido, y claro, hacía las voces yo mismo: ‘Deme una mirinda y tal… chanran, chanran’. Creo que ahí fue cuando él pensó: o este chico es anormal o realmente tiene muchas ganas de hacer cine”.

La perseverancia dió sus frutos

De la Iglesia recordó que aquel gesto marcó el inicio de una relación profesional que tardó casi dos años en concretarse. Durante ese tiempo, mientras Almodóvar rodaba Tacones lejanos, él y su coguionista Jorge Guerricaechevarría se dedicaron a visitar casi a diario las oficinas de la productora de los hermanos Almodóvar.

Íbamos allí y nos sentábamos, solo para hacernos ver, para que no se olvidaran de nosotros. Pedro pasaba y nos preguntaba: ‘¿Qué hacéis aquí?’. Y nosotros decíamos: ‘Nada, que hemos quedado con Esther’. Pero Esther no venía. Así todos los días”, relató el director entre risas.

Al final, cuenta, la insistencia dio resultado. “Un día ya dijeron: o echáis a estos chicos o les producís una película. Y ahí empezó todo”, recordó.

El nacimiento de una carrera única

Álex de la Iglesia es uno de los directores más reconocibles y singulares del cine contemporáneo. Licenciado en Filosofía, comenzó su carrera como dibujante de cómics antes de lanzarse al cine con el cortometraje Mirindas asesinas (1991), que llamó la atención de Pedro Almodóvar, quien acabaría produciendo su primer largometraje, Acción mutante (1993). Desde entonces, su filmografía se ha caracterizado por una mezcla inconfundible de humor negro, sátira social y estética grotesca, con títulos emblemáticos como El día de la bestia, por la que ganó el Goya al mejor director, La comunidad, Crimen ferpecto o Balada triste de trompeta. Además de cineasta, ha trabajado como guionista, productor y showrunner, destacando su labor en series como 30 monedas, que consolidó su influencia en la televisión internacional.

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Alex de la Iglesia, acompañado de su esposa en la gala de entrega de los Premios Goya 2003. EFE / J.J.Guillen

De la Iglesia combina el exceso visual con la crítica mordaz, retratando lo mejor y lo peor de la sociedad con una mirada única, entre lo cómico y lo apocalíptico.