Yolanda Ramos volvió al plató de 'La Revuelta', el programa conducido por David Broncano, para presentar su nueva película, 'Viaje de fin de curso: Mallorca'.

Sin embargo, la entrevista pronto tomó un giro personal y emotivo cuando la actriz compartió públicamente su reciente diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención (TDA). Con 56 años, Ramos habló sin filtros sobre cómo ha vivido toda su vida con este trastorno sin saberlo, y cómo eso ha influido en su manera de ser y de relacionarse con el mundo.

Vivir con TDA sin saberlo durante décadas

Ramos comenzó explicando que fue diagnosticada hace poco y que eso le ha permitido entender muchos aspectos de su comportamiento a lo largo de los años. “Me lo han descubierto a los 56 años, y claro... pues no me acuerdo, porque tengo déficit de atención”, bromeó ante Broncano, manteniendo su característico humor.

No obstante, rápidamente adoptó un tono más serio para compartir lo que ha supuesto este diagnóstico tardío en su vida: “Quiero hablar de esto porque muchos dicen que ahora lo están etiquetando todo, pero lo que hoy se llama TDA, antes era ser vaga”. Con esa frase, Ramos denunció cómo durante años fue juzgada por su entorno sin que nadie identificara lo que realmente ocurría.

"Ahora son etiquetas, antes eran insultos"

Uno de los momentos más potentes de la entrevista fue cuando Ramos reflexionó sobre el impacto que tiene crecer con etiquetas negativas. “Mi padre me decía ‘zángana’, que se ve que es el que no hace nada”, recordó. Palabras como esa, lejos de ayudar, dejaron secuelas. “A mí me encanta que ahora haya una etiqueta, porque antes eran insultos. Y realmente te dejan huella y no sabes qué te pasa”, añadió con sinceridad.

Su relato puso de manifiesto una realidad compartida por muchas personas adultas: la de haber vivido con un trastorno sin diagnosticar y haber sido tratadas de forma injusta por no encajar en los estándares esperados.

La importancia de un diagnóstico

Más allá de la anécdota, Ramos reivindicó la importancia de hablar abiertamente sobre este tipo de diagnósticos, especialmente en adultos. “Le pasa a mucha gente”, apuntó, tratando de visibilizar una situación cada vez más común pero aún poco conocida.

La actriz dejó claro que no padece hiperactividad, por lo que su caso se enmarca dentro del TDA sin “H”. Aun así, los síntomas —despistes, dificultad para mantener la atención o tendencia a la dispersión— han estado presentes toda su vida y ahora, al ponerles nombre, por fin cobran sentido.

Respuestas a las preguntas clásicas de Broncano

Como es habitual en 'La Revuelta', Broncano le planteó las dos preguntas clásicas sobre patrimonio y relaciones sexuales. Yolanda esquivó con ironía cualquier cifra concreta: “Si digo la verdad, nadie me creería. Es una mierda, lo digo sinceramente”. Explicó que, aunque muchos piensan que es millonaria, su situación económica es mucho más modesta: “Me he podido comprar una casita en Cádiz, la he reformado y me ha dado mucho dinero, pero la gente fliparía si supiera la verdad”.

En cuanto a su vida sexual, volvió a responder con humor, negándose a entrar en detalles pero dejando escapar frases cómicas que arrancaron carcajadas al público y al presentador.

Qué es el TDA y en qué se diferencia del TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención (TDA) es una condición neurológica que afecta la capacidad para mantener la atención, organizar tareas, gestionar el tiempo o recordar información. A diferencia del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el TDA no incluye la hiperactividad motora como uno de sus síntomas principales.

Mientras que el TDAH suele asociarse a conductas impulsivas y a una actividad física constante, el TDA puede pasar más desapercibido, sobre todo en adultos y mujeres. Las personas con TDA suelen mostrar dificultades para concentrarse durante periodos prolongados, olvidos frecuentes, desorganización o sensación de estar "en las nubes". Estos síntomas, al no ir acompañados de una hiperactividad visible, muchas veces se malinterpretan como pereza, desinterés o falta de compromiso.

Yolanda Ramos aclaró durante la entrevista que su diagnóstico corresponde únicamente al TDA, sin el componente de hiperactividad, lo cual explicaría por qué pasó tantos años sin que se detectara. Su caso pone de relieve la necesidad de una mayor visibilidad y comprensión sobre este tipo de trastornos, especialmente en la edad adulta.