dURANTE casi diez años se ha estado mimando y dando forma a La casa de la esperanza hasta que, finalmente, el filme ha comenzado su recorrido por las salas de cine de todo el mundo. Para entender cómo se ha construido el largometraje, hay que remontarse al año 2007, cuando la productora Diane Miller Levin recibe el libro La casa de la buena estrella, de Diane Ackerman, basado en los diarios personales de Antonina Zabinski.

La mujer polaca, junto a su marido, arriesgó su vida en 1939 para salvar a aquellos judíos que trataban de huir de la invasión alemana en Varsovia. El zoo donde trabajaba la pareja fue la vía elegida, haciendo uso de las jaulas de los animales y los túneles subterráneos del recinto, diseñados originalmente para proteger la vida de los animales. Tras acabar de leer la obra, la productora sintió que debía dar a conocer la heroica historia del matrimonio, que no solo puso en peligro sus propias vidas, sino las de toda su familia. La cineasta Niki Caro tomó los mandos de la dirección de un proyecto que ha contado con gran participación femenina.

Como señalan desde el equipo de producción, “se trata de una película escrita y dirigida por mujeres sobre una heroína olvidada, Antonina”. El filme mostrará cómo la invasión alemana en Polonia dejará el zoo bloqueado y controlado por un jefe del Reich, Lutz Heck, que además también planea un nuevo programa de cría selectiva para el zoo. Antonina y su marido Jan resistirán al ataque, y en secreto utilizarán las instalaciones del zoo para salvar vidas que tratan de escapar del gueto de Varsovia, llegando a alojar a más de 300 personas en el recinto.

Conforme avanza el metraje, Antonina se sobrepondrá a su timidez inicial y aplicará su comprensión innata de la psicología animal a los humanos, lo que le permite también ayudar a curarse a los fugados que se encontraban en peor estado. “Esta historia celebra la vida en todas sus formas”, señala Levin.

En ese sentido, Diane Ackerman, la autora del libro en el que se basa el largometraje, apunta que “Antonina y Jan podrían haber huido, pero en vez de eso optaron por quedarse, para salvar vidas, ante las propias narices de los nazis”.

Tras comprar los derechos de la obra, el siguiente paso del equipo de producción fue pedir la colaboración a los hijos de la pareja polaca, Rys y Teresa, que finalmente se unieron al proyecto y fueron claves para perfilar los personajes inspirados en sus progenitores y desarrollar sus caracteres y personalidades.

RODAJE La actriz Jessica Chastain es la encargada de interpretar a Antonina, un personaje del que se enamoró tras recibir el guion. Chastain -nominada dos veces al Oscar- se involucró desde el comienzo y terminó convirtiéndose en productora ejecutiva del proyecto, que ha tenido un largo proceso de producción. Daniel Brühl da vida a Heck, el jefe del Reich, y el actor Johan Heldenbergh, como Jan, el marido de Antonina, cierra la cabeza del reparto.

Durante el rodaje se utilizaron animales como grandes felinos, cebras, monos, camellos, elefantes... Un lado salvaje que da un plus especial a la película. Porque si bien en La casa de la esperanza Jan es el cerebro del recinto, y Antonina su alma, están unidos por la supervivencia tanto a los animales como a los judíos a los que ayudan. Es un canto a la vida, desde diferentes perspectivas.