MAS de 25 años han pasado desde que el clásico de Disney encandilase tanto a pequeños como a los más mayores. Perteneciente a esa vieja escuela dorada, junto a títulos como Sirenita, El rey león y Aladdin, la historia de La bella y la bestia vuelve hoy a la vida de nuevo, y nunca mejor dicho.
Bill Condon es el encargado de dirigir este remake que toma el cuento de Disney y a sus personajes para trasladarlos a la vida real. Un proyecto que supone una gran apuesta por parte del Estudio, pero que no obtuvo luz verde desde el principio. “Para mí, la cinta de 1991 es una película perfecta -desvela Condon en una entrevista-. En principio no quería saber nada. Pero han pasado veinticinco años y la tecnología está ahora a la altura de las ideas”.
Condon, con las opciones sobre la mesa, vio también la oportunidad de recuperar el género musical, y además revisar una historia con la el público que se identifica a nivel emocional. En un trabajo junto a los guionistas, se profundizó en la dimensión de los personajes familiares. En pantalla se verá una visión de cómo era la vida del Príncipe antes de convertirse en la Bestia y sobre qué le convirtió en un hombre que merecía esa maldición. También mostrará la vida de Bella antes de ir al castillo, y todo ello explicará qué tienen en común ambos protagonistas. Un contexto que arropa a la historia.
Intenso trabajo digital Bella y la Bestia, acompañados de todos los habitantes del castillo, emocionarán de nuevo al público con esa banda sonora y canciones que en su día se llevaron dos Oscar. La actriz Emma Watson dará vida a la protagonista de una película que le gusta “desde los cuatro años”. “Cada vez que escucho la música de La bella y la bestia, vuelvo a revivir esa sensación infantil de que todo va a ir bien y que hay esperanza en el mundo”, afirma Watson en una entrevista.
La pareja protagonista la completa Dan Stevens, quien dará vida a esa bestia que esconde algo humano. El actor británico, conocido por su papel en Downton Abbey, se enfrentó a un gran reto al tener que dar vida a un personaje que luego en pantalla es una representación digital, pero Stevens logra transmitir tanto humanidad como bestialidad.
Precisamente todo el trabajo que hay detrás de la creación de la Bestia es una de las claves de la película. Para ello, Stevens trabajó con zancos, prótesis de músculos e indicadores de efectos visuales. También participó en sesiones de captura facial MOVA, donde hardware y software personalizados interpretaban las grabaciones que seguían su rostro. “Fue especialmente difícil, tienes que pensar en las escenas que ya se han rodado y limitarte a mover la cara, no el cuerpo, tengas o no diálogo. Por ejemplo, una vez tuve que hacer todo el vals del salón de baile solo con la cara, fue alucinante”, recuerda Stevens.
Al margen del trabajo digital para el diseño de personajes, otra de las bazas de la película es la parte musical. En el trabajo de la banda sonora se ha intentado adoptar un tono más realista, con variaciones en las canciones existentes o añadiendo piezas originales, que completan las partes nuevas de la historia. Además, se han retomado parte de las letras originales que no se utilizaron en la película de animación, como las canciones de Gaston Beauty and the Beast.
Música, grandes interpretaciones y un trabajado diseño visual y escenográfico son los valores del remake de Disney que conmoverá a todos aquellos que hace 25 años entonaron: “Bella y Bestia son...”. Y a todos los que se unan al baile’, claro.