Bilbao - Es un divulgador musical, aunque no le guste el término divulgador. Es barítono, pianista, empresario y humanista. En 2015, publicó el libro Si Beethoven pudiera escucharme y en otoño de este año ha salido al mercado editorial la novela El amor te hará inmortal. Quiere desmontar todos los clichés que alejan a la ópera del gran público y convertir sus programas en escenarios cercanos que cuentan la realidad de la vida, historias convertidas en obras de arte como El Quijote o Las Meninas de Velázquez. Su primer éxito televisivo lo obtuvo en TV3 cuando estrenó Òpera ambs texans (Ópera en tejanos). Tras este acierto televisivo planteó el programa. Ramón Gener hace el resumen de este espacio. “La ópera es la vida”, dice.
‘El amor te hará inmortal’, una novela muy personal.
-Todo lo personal es tremendamente universal; cuanto más pequeño, más íntimo, es más grande. Al final, uno habla de unos sentimientos muy íntimos, la muerte de un padre? pero a mucha gente se le ha muerto un padre, un tío, un hijo o una abuela. Una cosa muy personal se convierte en una cosa de todos porque todos sentimos algo de la misma forma.
¿Los sentimientos están también globalizados?
-Está demostrado científicamente; unos investigadores de Finlandia han demostrado que todos sentimos exactamente igual y que ante una situación se activan las mismas partes del cuerpo.
¿En música también sentimos exactamente igual?
-No. En música, sentimos todos de manera personal e intransferible. La música es un arte que no habla a todo el mundo, habla a cada uno. Cuando la música suena puede que haya 7.000 millones de personas escuchándola, es el número de personas que hay en el Planeta, pero la música no habla al conjunto, habla a cada uno de esos 7.000 millones.
‘This is opera’, ¿volverá de nuevo a La 2?
-Terminó la temporada y volveremos en 2017 con más programas. Ha tenido muy buena acogida.
¿Es difícil acercar la ópera desde la televisión?
-Yo no tengo ninguna intención de acercar nada a nadie. En las cuestiones del arte, lo decía Antonio Machado, solo queda lo que compartes y se pierde lo que te quedas para ti.
Se le presenta como divulgador musical.
-Ya, pero no soy nadie para divulgar, no soy nadie para enseñar.
¿Entonces qué pretende con su programa?
-Sé una cosa, la sé más o menos bien, y mi alegría y mi pasión es poderla compartir. No tengo la vanidad de pensar que soy mejor que nadie y que por eso lo tengo que explicar. Lo único que puedes hacer en la vida es dar si sabes hacer algo.
¿Cree que hay poca programación musical en televisión?
-Realmente, no lo sé. Supongo que en unas cadenas más y en otras menos. No es algo que me obsesione. Hablo de ópera porque es mi mundo, pero no hay ninguna obligación de ir a la ópera, no hay ninguna obligación de que la gente escuche a Beethoven?
Seguro que piensa que nos perderíamos algo si no lo hiciéramos.
-No exactamente, no eres mejor porque lo escuches, tampoco peor porque no lo hagas. El que quiera escucharlo que lo haga, yo lo comparto. Beethoven es mi dios, es mi mundo; todos somos como somos gracias a Beethoven.
¿No es mucho decir?
-Si Beethoven no hubiera existido, hoy el mundo sería distinto. Si hoy existen Justin Bieber, Michael Jackson, Lady Gaga? es gracias a Beethoven.
‘This is opera’ es un programa muy internacional.
-Se ve en 52 países. Está grabado en inglés y en español.
¿Cómo surge el programa?
-Daba conferencias, clases, cursos o estaba en debates musicales. Un día, alguien se me acercó y me dijo: ¿Por qué no hacemos en televisión todo lo que estás explicando? Así empecé. Hay quien piensa que voy dando clases o conferencias porque salgo en la tele, es justo al revés.
¿Qué relación tiene con la música en activo? ¿Sigue en el mundo de la ópera?
-Como artista no. La vida siempre ha sido generosa conmigo y me ha dado nuevas oportunidades. No estoy encima del escenario cantando, pero estoy encima del escenario compartiendo. Me hace feliz subirme a un escenario, tener un piano y compartir las músicas que merecen la pena ser compartidas, explicarlas.
Vemos la ópera como un símbolo de elitismo económico y también de conocimientos. ¿Cree que la televisión ayuda a limar estas asperezas y a popularizarla?
-La televisión es una trampa mortífera, es como todo; la televisión no es ni buena ni mala; los libros no son ni buenos ni malos; la PlayStation no es ni buena ni mala? Son solo un medio, depende de cómo lo uses, se puede usar para bien y para mal.
No se considera un divulgador, pero se podría decir que a través de la televisión usted fomenta el conocimiento musical en ‘This is opera’.
-La televisión es cómoda, estás en el sofá, tienes un mando a distancia, lo activas y de repente sale un tío hablando de ópera. El programa está muy bien, pero al final hay que levantar el culo del sofá, apagar la tele, hay que ir a comprar una entrada, hay que hacer un esfuerzo. Hay personas que están dispuestas a hacerlo y otras no, otras consumen la televisión. Es una decisión personal de cada persona.
¿Cree que la gente está dispuesta a hacer ese esfuerzo?
-Las cosas que merecen la pena requieren un esfuerzo. Lo que importa realmente en la vida necesita que muevas el culo, que te levantes del sofá? La ópera es como el teatro, el cine o ir a una exposición. Yo reivindico ir a la ópera de la misma forma que vas al cine.
¿Cómo va al cine?
-Cómodo, en vaqueros, sencillo. Lo del elitismo en la ópera son clichés que están fuera de toda realidad.
¿Con palomitas como en el cine?
-Yo no las como, me molesta que el de al lado las coma, porque yo he ido a ver la película.