bilbao. Mañana y pasado se celebra en Bilbao el III Encuentro de Guionistas, una cita en la que coincidirán un número importante de profesionales que a diario exprimen al máximo todo su talento creativo para dar con las historias que hagan soñar al espectador de cine, teatro o televisión. Entre ellos estará José Luis Acosta, actual presidente de la SGAE, y con series en su haber como Los ladrones van a la oficina, Ana y los 7, Sin tetas no hay paraíso o Con el culo al aire, entre otras. Siempre se dice que lo importante de cualquier trabajo audiovisual es el guión y, sin embargo, ellos son la cara oculta, el profesional en la sombra de todos los productos de ficción.
Un trabajo difícil y que a veces queda ensombrecido, parece que los guionistas siempre están en la trastienda.
Todo el mundo reconoce que una buena película o una serie no se puede hacer sin un buen guion, pero cuando hay uno escrito parece que se olvidan del guionista. Dicen que es lo más importante pero ni consideran ni te pagan como tal.
Supongo que para usted lo importante también es el texto, ¿no?
Lo considero imprescindible, nada se puede hacer sin un texto. Esa historia que ven los espectadores siempre empieza por la persona que se sienta ante el ordenador, piensa, crea, escribe y diseña una historia.
¿Resulta muy diferente escribir para cine que para televisión?
En televisión, el hecho de que haya episodios obliga a una dinámica determinada, en una película empieza y acaba la historia. En televisión no está claro dónde va a terminar esa historia, puede ser en el episodio tres porque va mal o en el ochenta; la historia siempre está viva en este medio. También te permite cambiar si algo no te gusta o no funciona. Si algo te ofrece la televisión es la capacidad de reacción.
En el cine los errores no se pueden borrar.
Es un trabajo muy preciso, tenso y largo, pero cuando ya está hecha la película, ya está todo terminado con principio y final. Llega el estreno y punto, no hay vuelta atrás.
¿La audiencias se convierten en seres diabólicos para las series?
La taquilla manda en el cine y las audiencias en televisión. En una serie de televisión lo ideal es casar audiencia y calidad.
Un matrimonio conveniente pero ¿es fácil?
Creo que cada vez se da con más acierto. Pero no siempre se acierta, hay series de calidad que no han casado con la audiencia, hay de todo.
¿Se puede predecir el éxito de una serie o una película solo leyendo el guión?
No confío en ningún profesional que me diga que lo que tiene entre manos es un éxito. Llevo más de treinta años en este oficio y he oído demasiadas veces eso de esto será un éxito o lo contrario. Creo que todavía este oficio tiene ese halo romántico donde nunca se sabe lo que puede pasar. Lo único que puedes hacer aquí es realizar el trabajo lo mejor que puedas, ser muy honesto contigo mismo y poner todo de tu parte para que eso tenga calidad.
'Los ladrones van a la oficina', un éxito rotundo. ¿Cómo surgió?
Esa serie tenía otro autor, pero los guiones no gustaban nada a la cadena, a mí me confiaron que cambiara todos los textos y le diera otro aire. Así fue como empecé a trabajar yo para televisión, antes había hecho otras historias con gente como Elías Querejeta...
¡Qué papelón!
No tenía mucha fe en que lo que yo escribiera podría resolver nada. Lo que escribí gustó mucho y luego esa serie tuvo la suerte de que participaron todos los grandes actores. Durante más de sesenta episodios estuve yo solo escribiendo, luego se fueron incorporando más compañeros. Perdí la virginidad escribiendo guiones de televisión de una manera terrible; no podía ni dormir.
Esa serie es historia ya de televisión.
Y no sabes cómo me alegro, todavía se emite y aún me encuentro a gente hablando de ella. Yo mantuve una relación muy estrecha con actores que participaron en ella: Agustín González, Fernando Fernán Gómez, Tito Fernández, con la mayoría de los que participaban. Nunca se va a repetir una serie con ese elenco de actores. Me siento muy orgulloso de haber estado ahí. Se sigue viendo bien y el tiempo es el mejor juez que puede tener una serie.
También repitió éxito con 'Ana y los 7', una serie muy diferente pero que también arrasó en audiencia.
Para construir esa historia solo tenía tres folios. ¿Por qué triunfa? Creo que en ese momento la falta de una historia familiar y la cadena a la que iba destinada hicieron que funcionara. El productor me lo recuerda muchas veces, que yo estaba convencido de que iba a funcionar; dije que arrasaría, estaba convencido de que había una serie de condiciones que iban a ayudar a que funcionara de una forma tan rotunda.
Hay quien opina que funcionó también por la presencia de Ana Obregón como protagonista.
No sé qué decirte, Ana hizo otra serie después de Ana y los 7 y no funcionó. Nunca sabes por qué, hay muchas cosas que no entran en el terreno de la lógica y a mí me cuesta entenderlas. También hay que reconocer que Ana cuenta con un potencial a nivel de poder de convocatoria tremendo.
¿Es fácil saber el por qué una cosa funciona y otra no?
Hablo por mi experiencia, cuando una cosa no funciona todo el mundo te dice las razones y cuando funciona nadie sabe por qué es.
También director, ¿más fácil dirigir personas que crear historias?
Como director me siento más reconocido. Al guionista, cuando entrega el texto, le retiran.