Exigen un esfuerzo de producción inusual en España, pero las series de época se han apoderado de la parrilla televisiva y su éxito ha llevado a las cadenas a apostar por nuevos proyectos. Ayer mismo, Antena 3 anunció que Amaia Salamanca y Yon González serán los protagonistas de Gran Hotel (título provisional), una nueva serie para el prime time. La grabación de esta producción, que combina amor y misterio en la España de principios del siglo XX, comenzará en julio.
Ramón Campos, creador de Hispania y coproductor ejecutivo de Gran Hotel, explica que este tipo de ficciones comparten con las telenovelas el hecho de que "cualquier emoción se multiplica por 40", con la diferencia de que las series históricas se pueden disfrutar "sin sentir la vergüenza de ver un culebrón". Para Campos, socio de Bambú Producciones, con la que prepara una serie ambientada en el siglo XVIII "en tono de melodrama y thriller, al estilo de Gran Reserva -otra de sus creaciones-, con las series históricas es más fácil acercarse a los aspectos "más pasionales" del ser humano, como crímenes, venganzas y "pasiones desenfrenadas", que serían difíciles de ver en una serie contemporánea.
Ángel Bahamonde, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III y asesor de 14 de abril. La República, explica que el éxito de estas ficciones radica en el "déficit de conocimiento" sobre nuestro pasado, lo que entronca con la moda paralela de la novela histórica. La documentación es clave para conseguir que el relato sea verosímil, pero se dan licencias como situar a los piratas que operaban en Galicia a principios del XVIII, cuando en realidad su auge se produjo un siglo después, como explica Carlos Portela, creador de Piratas, estrenada el lunes en Telecinco. "Para contar la historia están los libros, pero en este tipo de producciones debe primar el espectáculo", señala Portela, quien ha querido "actualizar" en esta serie un género que "rara vez se había tratado en la historia de la televisión".
El productor de Hispania, que cuenta con el historiador Mauricio Pastor como asesor, advierte también de que su labor "no es educar, es entretener". Virginia Yagüe, coordinadora de guiones y creadora de 14 de abril. La República (TVE) cree que la clave está en hacer un "tratamiento adaptado" del contexto histórico, al elegir, por ejemplo, el habla de unos personajes de la España de los años 30. "La forma de expresión de la época sería bastante complicada y resultaría muy farragoso para el espectador". Otras series se han tomado mayores licencias, como Tierra de Lobos (Telecinco), que introduce elementos "más o menos fantásticos", un planteamiento que hubiera resultado "muy arriesgado" hasta hace poco, según su productor ejecutivo, Juan Carlos Cueto.
Las series de época cuestan unos 150.000 euros más que las actuales -cada capítulo de Piratas ha salido por 600.000 euros-, y en ocasiones no resultan rentables, como explica Daniel Écija, creador de Águila Roja, la producción que abrió la la moda de la ficción española del género. "Con este tipo de series trabajas a medio y largo plazo", añade el presidente de Globomedia, que está a punto de iniciar con Antena 3 el rodaje de El corazón del océano, que llevará a Hugo Silva e Ingrid Rubio a la América del siglo XVI.
Uno de los grandes retos de producción será sin duda Isabel, serie sobre Isabel la Católica que emitirá TVE y que comenzará a rodarse en julio. Diagonal TV prepara esta ficción sobre la vida de Isabel I de Castilla y ya ha iniciado un cásting en el que figura Pilar López de Ayala. Según la directora de Programación y Contenidos de TVE, Lola Molina, el espectador busca "la calidad del producto", aunque reconoce que una ficción española de época tiene a su favor que cuenta "historias nuestras", motivo por el que "han desplazado a las extranjeras". Rodolf Sirera, cocreador de Amar en Tiempos Revueltos (TVE), cree que la abundancia de series de época responde a una moda "que va y viene de forma cíclica". Mientras, el productor de Tierra de Lobos concluye que este tipo de ficciones "no pasarán de moda del todo, tras el boom siempre quedará alguna, como ocurre con las de médicos".