La pareja de jóvenes acusados de retener, prostituir y asesinar a la donostiarra Aintzane Pujana, de 32 años, en la madrugada del 1 al 2 de enero de 2021, que se enfrentan a la primera condena de prisión permanente revisable que solicita la Fiscalía de Gipuzkoa, intentaron, un mes antes de estos hechos, obligar a otra mujer, “que estaba en un proceso de desintoxicación”, a prostituirse en Errenteria, la cual “libró por poco”.
Así lo relató ayer lunes el ertzaina instructor de la investigación en la tercera jornada del juicio, en la que declararon otros ocho testigos. El agente relató que cuando se encontró el cadáver el 4 de enero se desconocía que era el de Pujana, que recibió “nueve puñaladas, siete de ellas en el abdomen, otra en el pecho y una más en la clavícula” y que presentaba la nariz rota y múltiples golpes. Una vez que su novio, ese mismo día denunció su desaparición, la información que dio sobre los tatuajes de la joven permitió confirmar su identidad.
Además, indicó que en la madrugada del 2 de enero agentes interceptaron el coche en el que viajaban los acusados, entre Getaria y Zumaia, por incumplir el toque de queda por el covid-19, y encontraron en el maletero al perro de Pujana, bolsas con ropa de la joven y su tarjeta sanitaria debajo de un asiento. También hallaron en el agroturismo en el que se alojaban un tique de OTA del vehículo de los acusados cerca del lugar donde apareció el cadáver y sangre en las sábanas de la habitación de Pujana.