Cuatro personas fueron detenidas ayer martes y se está investigando a una quinta en relación al hallazgo de un cuerpo descuartizado y oculto en una maleta en Artxanda el pasado mes de agosto. Los arrestos se han producido en Bilbao, Barakaldo y Zaldibar, al menos dos de ellos, el de un hombre y una mujer, en la capital vizcaina, según fuentes a las que ha tenido acceso este periódico.

El cuerpo sin vida y con signos de violencia de la víctima, al parecer un hombre que todavía no ha podido ser identificado, fue localizado el pasado 19 de agosto en el interior de una maleta, descuartizado y quemado, en un edificio abandonado en el monte Artxanda de Bilbao. Hasta el momento no se había producido detenciones en relación a este macabro suceso, pese a que el Servicio de Investigación Criminal Territorial de Bizkaia, con el apoyo de la Policía Científica de la Ertzaintza, puso en marcha una investigación “particularmente compleja”, como admitió el propio consejero de Interior, Josu Erkoreka, solo unos días después. De hecho, hasta el momento ni siquiera se ha podido identificar el cadáver: solo se sabe que se trata de un hombre de mediana edad. Sin nombres ni apellidos, ni mucho menos los motivos de este homicidio que sacudió Bilbao el mismo día que comenzaba Aste Nagusia, al menos según la información oficial que, al tratarse de una investigación en curso, se ha proporcionado con cuentagotas desde el Departamento de Interior.

Hasta ayer martes. Y es que la Ertzaintza detuvo a cuatro personas por su supuesta implicación en este homicidio en Bilbao, Barakaldo y Zaldibar. Además, una quinta sospechosa ha quedado en calidad de investigada.

Una de las operaciones se llevó a cabo en el barrio bilbaino de Begoña, concretamente en el portal número 12 de la calle Virgen de Begoña, el vial que sube desde la parte superior de las calzadas de Mallona hasta la basílica de la Amatxu. En ese domicilio se practicaron dos detenciones, según aseguraron fuentes cercanas al caso: el de un hombre y su pareja. Desde el Departamento de Interior no se facilitaron más detalles en relación a estas detenciones, al encontrarse el caso bajo secreto de sumario.

La operación no pasó desapercibida en el barrio. “Sobre las 9.50 horas de la mañana se ha empezado a correr la voz en el barrio, por los grupos de wasap, de que algo pasaba, de que había patrullas de la Ertzaintza”, relataba a DEIA uno de los vecinos de la zona. “No sé cómo, pero poco después ya se estaba incluso diciendo que estaba relacionado con el cadáver que apareció en una maleta que encontraron en Artxanda”.

El portal pasó gran parte de la mañana acordonado pero, al tratarse de un día de labor entre semana, no fueron muchos los curiosos que se acercaron a ver lo que ocurría. Según explicó este vecino, la mujer, pareja del otro detenido y con la que convivía en el domicilio, fue la primera en ser trasladada a dependencias policiales, y el hombre lo hizo poco después, ya que permaneció junto a los agentes de la Ertzaintza más de una hora en el interior de la vivienda. “No han sacado muchas cosas, la verdad. Una caja, pero no sabría decirle si era de la policía o del detenido”, detallaba el vecino.

Una persona “muy conocida”

Según su testimonio, el detenido era una persona “muy conocida” en el barrio, de una edad de entre 40 y 50 años. “Se comenta que ha debido pasar muchos años en la cárcel y estaba relacionado con el tráfico de droga”, contaba. Sin embargo, afirmaba que no se trata de una persona conflictivo ni ha provocado problemas en el barrio. 

Y, sin embargo, su arresto no provocó sorpresa entre sus vecinos del barrio de Begoña. “Con todo el mundo con el que he hablado ponía la misma cara, como dando a entender que se lo esperaba”.

Los escasos restos del cadáver que se encontraron en la maleta, junto al hecho de que ambos fueran quemados, ha provocado que la investigación de este caso esté siendo “particularmente compleja”, según admitió el propio consejero de Interior, Josu Erkoreka. El responsable del Ejecutivo vasco señaló días después del hallazgo que se investigaba la identidad de la víctima “con los elementos físicos, anatómicos, que se conservan, presentes en la maleta”.

En concreto, Erkoreka explicó que “se dispone de unos dedos, se supone que de la víctima, que, convenientemente rehidratados podrían servir de base para identificar las huellas dactilares y dar con la identidad de la víctima”. Reconoció que no era fácil lograr conocer, con esas pocas pruebas, la identidad de la víctima, ya que se trataba “de un cuerpo maltratado, que además ha sido quemado”. Además, incluso si la labor de la policía científica ofrecía resultados y se lograba una prueba dactiloscópica viable, todavía quedaría por comprobar si esa huella coincidía con alguna de las que se encuentra en el archivo con el que trabaja la Ertzaintza y el resto de policías europeas. Fuentes de la Ertzaintza no confirmaron ayer martes si esta identificación se ha realizado ya o, por el contrario, sigue siendo un misterio quién es la víctima.

Tampoco se sabe nada, al menos de forma oficial, sobre los motivos del homicidio. Y es que, tal y como incidió Erkoreka, si no se conoce la identidad ni de la víctima ni del autor, “difícilmente podemos especular sobre motivaciones”.