Bilbao - Un convoy de Cercanías de Renfe que circulaba ayer por la tarde en dirección a Bilbao descarriló como consecuencia de un desprendimiento de tierras que invadió las vías. Afortunadamente, ni el maquinista ni las treinta personas que viajaban en el interior del convoy resultaron heridos. Tan solo hubo que atender a una pasajera que sufrió un ataque de ansiedad en el lugar de los hechos.

Según informaron fluentes de la compañía ferroviaria, el suceso ocurrió sobre las 17.45 horas, poco después de que el tren de Cercanías de la línea C-1 que cubría el trayecto entre Santurtzi y Bilbao saliera de la estación de Sestao y entrara en el túnel de Urbinaga.

Fue cuando salía de la galería cuando el convoy se encontró con la tierra y las piedras que habían invadido los rieles después de desprenderse de la ladera cercana como consecuencia de las intensas lluvias que se están registrando en los últimos días.

El convoy se salió de sus carriles y quedó literalmente encima de la tierra y las rocas desprendidas sobre las vías. Fuentes de Renfe concretaron que “el incidente no ha sido grave aunque los restos encima de los rieles han supuesto que el primer eje del convoy se saliera del carril, aunque el tren permaneció de pie sin volcar”.

El susto fue morrocotudo sobre todo para los viajeros que iban en el primer coche, que fueron los que más sintieron el impacto de la salida de las ruedas de los carriles.

Avisado el puesto de mando del incidente por el propio conductor se movilizaron todas los dispositivos tanto de la compañía ferroviaria como de la Ertzaintza, bomberos de la Diputación y sanitarios, aunque no hizo falta la intervención de estos últimos. Renfe dispuso rápidamente de un nuevo convoy para que los viajeros siguieran su ruta y a las 6.07 minutos continuaron viaje por la vía paralela. El accidente obligó al puesto de mando ferroviario a gestionar el tráfico de trenes por esta zona en una sola vía. Ello supuso que durante toda la tarde, el servicio de cercanías entre Santurtzi y Bilbao haya tenido retrasos de unos diez minutos en su llegada a las paradas.

Fuentes de Renfe indicaron que, tras disponer de una solución para los viajeros, los técnicos de la compañía iniciaron la labor de restituir la unidad encima de los raíles algo que se prolongó varias horas. Posteriormente el servicio quedó normalizado para los usuarios.