Bilbao - El fuerte viento, con rachas de hasta 151 kilómetros por hora en Orduña, dejó ayer un reguero de incidencias en Bizkaia, sobre todo por árboles caídos y tejas desprendidas. La peor parte se la llevaron Basauri y Galdakao, donde los bomberos tuvieron que intervenir en cinco y cuatro ocasiones, respectivamente, aunque los problemas se registraron en todo el territorio. De hecho, cientos de abonados se quedaron sin luz eléctrica y cobertura de móvil. En el aeropuerto, un vuelo procedente de París tuvo que ser desviado a Biarritz para aterrizar. En Bilbao, el viento derribó de madrugada un árbol centenario en las calzadas de Mallona. “Menos mal que ha sido de madrugada... Es una pena que un árbol que llevaba ahí toda la vida termine así”, lamentaban los vecinos. Ninguna persona resultó herida por los desprendimientos.
La Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno vasco había decretado la alerta amarilla por fuertes vientos desde la noche del pasado domingo, que se mantuvo hasta el mediodía de ayer. Las previsiones se cumplieron y el viento sopló con fuerza tanto en zonas expuestas como en las más urbanas, sobre todo de madrugada. Las rachas más intensas en zonas expuestas se registraron ayer en Orduña, con 151,7 kilómetros por hora, y el monte Oiz, con 125,9. Pero también en los núcleos urbanos sopló con fuerza. En Iurreta se superaron los 100 kilómetros por hora, y Derio y el barrio bilbaino de Deusto se acercaron a esos registros, con 99,8 y 98,4 kilómetros por hora, respectivamente.
Las consecuencias se dejaron sentir en todo el territorio, con numerosas incidencias de caídas de árboles y desprendimientos de tejas. Solo en Bilbao, los bomberos tuvieron que atender 56 avisos, por los 24 que recibieron el domingo. De ellos, 44 fueron para sanear fachadas y tejados, diez por caídas de árboles y dos por farolas y señales desprendidas. En Pintor Losada el viento soltó las láminas de chapa de un tejado, en la calle Ribera derribó un árbol, Pintores Zubiaurre, Arbolantxa... Los avisos se registraron en prácticamente toda la capital vizcaina.
El más espectacular fue un castaño de Indias centenario que cayó en plenas calzadas de Mallona de madrugada. “Y menos mal, porque llega a ocurrir a otra hora más concurrida...”, se planteaba Javier Rodríguez, que vive justo enfrente. Ya el domingo por la noche, se metió a la cama sorprendido por la intensidad del viento. “Suelo dejar las zapatillas deportivas en el balcón y se movían del viento, así que metí todo para dentro, por si acaso. Hacía mucho tiempo que no soplaba así...”, recordaba ayer a mediodía. Sobre las 2.00 de la madrugada un estruendo les levantó de la cama. “¡Menudo susto! Me he asomado al balcón y he visto el árbol en el suelo. Ha arrancado varios cables de la fachada de nuestro edifico y cuando he bajado al portal, apenas se podía salir, era una maraña de ramas”. El viento había podido con el castaño de Indias situado frente a su edificio y en su caída derribó también parte del muro que cierra la urbanización en la que había quedado, junto al Museo Arqueológico. Solo la fortuna quiso que en ese momento no pasara nadie por la zona, ya que el árbol cayó en mitad de las calzadas, muy concurridas a diario. Javier lamentaba el final de un árbol que él recuerda “de toda la vida”. “Subías por las calzadas un día de lluvia y, si te metías debajo, no te mojabas. Y lo mismo los días que hacía mucho calor. Daba una sombra que se agradecía mucho. Alguien tenía que haber podado y cuidado ese árbol, no haber dejado que se hiciera tan grande. Ahora ya no se puede hacer nada... Es una pena”, lamentaba. El ejemplar enfrentó a los vecinos de la zona, ya que algunos querían retirarlo y otros abogaban por mantenerlo. El Ayuntamiento recordó ayer que el árbol se encontraba en terreno privado.
También fuera de la capital vizcaina fue una madrugada y una mañana intensa para los bomberos. Desde la noche del domingo y hasta ayer por la tarde, el servicio de extinción de incendios de la Diputación intervino en una treintena de incidentes, sobre todo por caída de árboles y desprendimientos de cornisas, tejados, carteles, tejas, cascotes y antenas. La peor parte se la llevaron Basauri, donde la Policía Municipal tuvo que precintar el parque infantil de Soloarte tras caer varias placas de su cubierta sobre los columpios y el viento soltó un panel luminoso de publicidad, y Galdakao. En Durango cayeron varios árboles, uno de ellos sobre una zona infantil, y tuvo que ser acordonada la zona de San Agustin Kulturgunea por la caída de losetas y tejas de un edificio. En Amorebieta, el viento también se llevó varias tejas de un caserío.
Muro derribado en Derio En el Txorierri, además de caídas de ramas que fueron retiradas sin mayores consecuencias, lo más destacado fue la plancha del tejado de un pabellón que se soltó en el polígono de Pinoa y un muro derribado por el viento en el aparcamiento junto al instituto de Derio. En la estación de servicio de Asua, en Erandio, se desprendieron varias lamas, y también se soltaron algunas placas de acero en el edificio de la biblioteca del campus de la UPV en Leioa. En Portugalete, los bomberos tuvieron que actuar en un poste que amenazaba con caer en la estación de metro de Peñota y unas tejas inestables en Trapagaran.
También las carreteras sufrieron las consecuencias del temporal. El viento tiró árboles que ocuparon parte de la calzada en la N-634 en Berriz, y un toldo en la BI-2601 en Mallabia, en sentido Trabakua, entre otras incidencias. Las caídas de árboles, hasta una treintena, se concentraron sobre todo por la noche, en la comarca de Lea Artibai, y se solucionaron sin mayores consecuencias para la circulación.
Las fuertes rachas también derribaron ramas que afectaron a tendidos de energía eléctrica, lo que generó cortes de suministro en todo Euskadi, sobre todo en Araba. Desde Iberdrola cifraron en 4.000 los abonados que tuvieron problemas en el suministro eléctrico en la CAV, con una treintena de incidencias, muy dispersas, que se fueron solucionando a lo largo de toda la mañana. Más de 120 personas de la compañía eléctrica trabajaron para restablecer la energía, que en Bizkaia afectó a zonas como Otxandio -donde también se vio afectado el servicio de telefonía, tanto móvil como fija- y Zaldibar.
En el aeropuerto, únicamente hubo que desviar a Biarritz un vuelo de Air France que llegaba al aeropuerto de Bilbao desde París. Y es que el fuerte viento de ayer fue de componente noreste, en lugar de noroeste, que es el que genera más problemas en el aeródromo.