BILBAO. Según han informado fuentes del departamento vasco de Seguridad, el simulacro desarrollado ha puesto de manifiesto "la buena coordinación institucional" entre las diferentes administraciones implicadas en la actuación en caso de que ocurran incidentes en las playas.

Además, se ha podido demostrar en Ibarrangelu la capacidad de respuesta del servicio de socorrismo, que es uno de los requisitos para acceder a la Q de calidad turística, han indicado las mismas fuentes.

Organizada por la Diputación Foral de Bizkaia, la iniciativa ha contado con la colaboración de la dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno vasco, el Ayuntamiento de Ibarrangelu, el departamento de Medio Ambiente y Salud Pública del Ejecutivo autónomo, la Dirección de la Ertzaintza, el servicio foral de Salvamento y Socorrismo y los servicios de recogida y limpieza.

El simulacro, que ha dado comienzo a las once de la mañana, ha constado de dos partes.

En la primera de ellas, un bañista que pedía socorro y presentaba claros síntomas de ahogamiento ha sido atendido por los socorristas acuáticos de la Cruz Roja.

En el ejercicio, el bañista ha sufrido después una parada cardíaca y ha recibido la atención de los socorristas antes de su evacuación.

La segunda parte del simulacro se ha centrado en la aparición de dos bidones grandes de gasoil de unos 250 litros de capacidad, lo que ha llevado a la izada de la bandera roja de prohibición de baño en la playa.

Los socorristas han compartido la información con las instituciones y servicios competentes y han adoptado varias medidas de seguridad como acordonar el lugar donde se han encontrado los bidones y difundir por megafonía que el baño está prohibido.

Los diferentes servicios del sistema vasco de atención de emergencias han actuado de manera coordinada para eliminar los bidones del arenal.

Una vez retirados los bidones de la playa, el ejercicio ha culminado con el anuncio por megafonía de que no hay riesgo alguno en el arenal.