En el universo de las llamadas superfrutas, un nombre poco habitual comienza a sonar con fuerza: el nanche. De origen tropical y muy consumido en países de Hispanoamérica, este fruto pequeño y de color amarillo intenso está siendo considerado por algunos nutricionistas como un alimento con un alto potencial para favorecer la producción de colágeno y, con ello, ayudar a mantener la piel más suave y retrasar la aparición de arrugas.
Se trata de una fruta que en el Estado todavía es difícil de encontrar, pero que empieza a aparecer en tiendas hispanoamericanas y en secciones gourmet de ciertos supermercados. Su interés no se limita solo al aspecto cosmético: el nanche es rico en proteínas, vitaminas y minerales que lo convierten en una pieza valiosa dentro de una dieta equilibrada.
Valor nutricional del nanche
Mientras que un plátano aporta alrededor de un 1,1 % de proteínas y la manzana apenas un 0,2 %, el nanche alcanza hasta 3,6 %, lo que lo convierte en una fuente interesante de este macronutriente en un alimento vegetal dulce y fresco.
Además, contiene una alta concentración de vitamina C, por encima incluso de frutas reconocidas por este aporte como la mandarina o la guayaba. Esta vitamina es crucial porque interviene directamente en la síntesis de colágeno, proteína estructural que da firmeza y elasticidad a la piel. El nanche también ofrece un aporte notable de fibra, que favorece la digestión y la salud intestinal, así como minerales esenciales como hierro, fósforo y calcio. Por estas razones, se habla del nanche como una fruta de “doble beneficio”.
Usos tradicionales
En países como México, principal región productora, el nanche se consume desde hace siglos tanto fresco como en batidos, mermeladas y postres caseros. También es común encontrarlo en preparaciones fermentadas o en salsas que acompañan platos salados, lo que demuestra su versatilidad.
Su sabor es dulce y con un ligero toque ácido, una combinación que lo hace atractivo para introducir en la dieta diaria. No obstante, su carácter exótico limita todavía la distribución masiva, lo que lo mantiene como un alimento minoritario.
Los especialistas en nutrición recuerdan, sin embargo, que el nanche no es un “alimento milagro”. Aunque su aporte de vitamina C y proteínas es mayor que el de otras frutas, ningún alimento por sí solo garantiza una piel joven y sin arrugas. Para obtener resultados visibles, debe integrarse en un estilo de vida saludable.
Una fruta del futuro
El creciente interés por el nanche en países europeos abre la puerta a que en los próximos años se consolide como parte de la cesta saludable junto a otros alimentos ya integrados como el aguacate, la papaya o la chía. Su potencial reside en ofrecer un perfil nutricional singular que lo diferencia de la mayoría de frutas de consumo habitual.
Al mismo tiempo, investigadores subrayan que se requieren más estudios científicos para confirmar con rigor los beneficios específicos del nanche sobre la piel y el envejecimiento. Lo que sí está claro es que se trata de una fruta con una larga tradición y con un potencial cada vez mayor en Europa.