Con la llegada de verano, el plan principal para entretenerse está dentro del agua. Y, sí, pasamos un buen día, pero también puede traer problemas. Uno de los más frecuentes es el agua que se queda dentro del oído después de un baño que puede llegar a convertirse en una otitis o, incluso, en pérdida de audición temporal. Sin embargo, hay algunos trucos que pueden ayudarnos a sacar ese agua de forma sencilla.

Cuando el agua se queda en el oído, la primera sensación que notamos es de cosquilleo y hasta puede extenderse a la mandíbula o garganta. Lo más normal es que el agua salga sola, pero, en caso contrario, hay que ayudar a sacarla porque puede afectar al conducto auditivo externo de tu oído.

Los trucos más comunes

La manera más común es voltear la cabeza para que quede paralela al suelo y dar pequeños saltos, pero no siempre funciona. Para ponerlo más fácil, lo mejor es estirar el lóbulo de la oreja hacia abajo de manera que se abra el conducto auditivo. Otra opción es simplemente tumbarse de forma que el oído afectado quede apoyado en la toalla y esperar a que el agua caiga.

También está la posibilidad de conseguirlo haciendo el vacío al oído afectado solo con apoyar la palma de la mano sobre el oído. Así, presionamos hacia dentro y soltamos de golpe. Al igual que cuando se taponan los oídos en el avión, se puede probar a masticar un chicle para eliminar la tensión que puede producirse en las trompas de Eustaquio (conectan el oído medio con la parte posterior de la garganta, permitiendo la ventilación y el equilibrio de la presión en el oído medio).

Una mujer sufre un pitido en el oído izquierdo. Freepik

Otro trucos

El médico italiano Antonio Maria Valsalva descubrió la maniobra que lleva su mismo nombre para librarte del agua en los oídos. Esta consiste en respirar profundo y cerrar la boca. Después, tapamos la nariz apretando las fosas nasales con los dedos y soplamos por la nariz. Con esto se supone que las trompas de Eustaquio se abren para que el agua salga.

Otra idea, pero con la que hay que tener cuidado, es usar un secador de pelo. Hay que ponerlo en la potencia más baja, en una temperatura relativamente baja y a una distancia de unos 30 centímetros del oído. Así, vamos acercando y alejando, por supuesto, agarrando del lóbulo hacia abajo.

Un secador de pelo puede ser una herramienta útil para quitar el agua del oído. Freepik

También existen trucos en los que necesitamos ingredientes. El primero es aplicarse con un gotero tres o cuatro mezclas de alcohol y vinagre a partes iguales. Por un lado, el alcohol evapora el agua y elimina bacterias y, por otro lado, el vinagre deshace la cera. También se puede hacer con aceite de oliva: echamos unas cuantas gotas de aceite templado en el interior del oído y nos tumbamos con el oído hacia arriba durante 10 minutos. Después, ponemos el oído afectado boca abajo para que salga todo. Estos trucos deberían ser suficientes para salvar nuestro oído y librarnos de una infección tras un baño.