El invierno no solo afecta a la sensación térmica del cuerpo, sino también a la salud de la piel. Las bajas temperaturas, el viento, la calefacción y los contrastes térmicos pueden causar una serie de problemas cutáneos, desde sequedad y descamación hasta enrojecimiento e inflamación. Estos factores no solo deshidratan la piel, sino que también aceleran su envejecimiento prematuro, especialmente en aquellas personas con piel seca o sensible.

Durante los meses más fríos del año, la piel necesita una atención especial. “El frío promueve la pérdida de hidratación y dificulta su capacidad de funcionar como barrera protectora frente a los agentes externos. Esto puede manifestarse en forma de grietas, irritación o incluso empeoramiento de afecciones como la dermatitis atópica o la rosácea”, explica el Javier Pedraz, especialista de Iml Clinic.

Rutina de ‘skincare’

Para cuidar la piel en esta temporada es importante adquirir una rutina de skincare especial. “El invierno puede ser una época desafiante para la piel, pero con una rutina adecuada, es posible mantenerla protegida, hidratada y luminosa”, aconseja Pedraz.

  • Limpieza. Es el primer paso esencial; apuesta por fórmulas suaves y cremosas que eliminen impurezas sin resecar la piel. Una exfoliación semanal es clave para eliminar células muertas y favorecer la renovación celular, utilizando exfoliantes no abrasivos que cuiden la barrera cutánea.
  • Hidratación. Debe ser prioritaria durante esta estación. Para ello, se recomienda optar por cremas ricas y nutritivas adaptadas al tipo de piel de cada persona, aplicándolas tanto por la mañana como por la noche. Si necesitas un extra de cuidado, se pueden incorporar mascarillas hidratantes una vez a la semana y utiliza sérums con ácido hialurónico para una hidratación profunda y efectiva.
  • Protección solar. Aunque el sol sea menos visible en invierno, la protección solar sigue siendo imprescindible. Los rayos UV pueden causar daños incluso en esta estación, por lo que es esencial usar productos con al menos SPF 30.
  • Dieta equilibrada. La piel también se puede cuidar desde el interior, una dieta equilibrada rica en frutas, verduras y antioxidantes, junto con una buena ingesta de agua, ayudará a mantener la piel en óptimas condiciones. Además, se puede usar un humidificador en casa para contrarrestar la sequedad ambiental provocada por la calefacción. También evitar duchas muy calientes ayuda a proteger los aceites naturales de la piel.