Durante generaciones, la frase "bébete el zumo rápido que se le van las vitaminas" se ha repetido en hogares de todo el mundo. Padres y abuelos han insistido en que el zumo de naranja debe consumirse inmediatamente después de ser exprimido para evitar la pérdida de sus beneficios nutricionales. Sin embargo, ¿es esto realmente cierto?
Recientemente, Pablo Ojeda, un conocido dietista, ha desmentido este mito en una de sus apariciones en televisión, poniendo en duda una creencia profundamente arraigada en la cultura alimentaria. En este artículo, se analizarán las declaraciones de Ojeda, la comparación entre el zumo y la fruta entera, y otros mitos alimentarios que persisten a pesar de la evidencia científica.
Lo que dice el dietista Pablo Ojeda: las vitaminas no se evaporan
Pablo Ojeda, quien se ha destacado por sus consejos alimentarios tanto en redes sociales como en televisión, ha abordado este mito en el programa 'Más vale tarde' de La Sexta. Durante un espacio en el que ofrecía recomendaciones para preparar un menú saludable para llevar a la playa, Ojeda aprovechó la ocasión para aclarar la verdad sobre las vitaminas en el zumo de naranja.
Mientras preparaba una macedonia de frutas regada con zumo de naranja y limón, Ojeda explicó que la creencia de que las vitaminas del zumo se "escapan" si no se consume de inmediato es simplemente un mito. Señaló que esta idea errónea se ha repetido tantas veces que muchas personas la han tomado como un hecho, pero en realidad, no hay ninguna evidencia científica que respalde esta afirmación. Según Ojeda, las vitaminas, especialmente la vitamina C, no se evaporan mágicamente del zumo de naranja al contacto con el aire.
Aunque el contenido de vitamina C puede disminuir ligeramente con el tiempo debido a la oxidación, esta reducción es mínima y no justifica la prisa con la que tradicionalmente se nos ha instado a beber el zumo. En resumen, no hay necesidad de apresurarse a consumir un vaso de zumo de naranja; sus nutrientes permanecen estables durante un tiempo razonable.
¿Es mejor el zumo o la fruta entera?
A pesar de que el zumo de naranja conserva sus vitaminas durante un tiempo después de ser exprimido, surge otra pregunta: ¿es mejor consumir el zumo o la fruta entera? Este es un tema de debate entre nutricionistas y expertos en salud.
El zumo de naranja ofrece una buena cantidad de vitamina C y otros antioxidantes, pero también tiene desventajas en comparación con la fruta entera. Al exprimir la naranja, se pierde la fibra que se encuentra en la pulpa, la cual es esencial para una digestión saludable y para mantener estables los niveles de azúcar en la sangre. Además, un vaso de zumo de naranja puede contener el jugo de varias naranjas, lo que resulta en una ingesta calórica más alta y un consumo de azúcares más concentrado en comparación con comer una sola fruta.
Por otro lado, la fruta entera no solo proporciona vitaminas, sino también fibra, que ayuda a prolongar la sensación de saciedad y a regular el tránsito intestinal. Al consumir la fruta entera, se ingiere también menos azúcar, lo que es beneficioso para evitar picos de glucosa en sangre. En resumen, aunque el zumo de naranja es una opción nutritiva, la fruta entera ofrece beneficios adicionales, principalmente por su contenido en fibra.
Otros mitos de la nutrición que persisten a lo largo de los años
El mito sobre el zumo de naranja es solo uno de los muchos que aún circulan en la cultura popular. A lo largo de los años, se han propagado numerosas ideas erróneas sobre la nutrición, algunas de las cuales han sido difícilmente erradicadas.
Un ejemplo es la creencia de que comer carbohidratos por la noche engorda. Este mito sugiere que el metabolismo se ralentiza durante la noche y que los carbohidratos ingeridos en este período se almacenan como grasa. Sin embargo, estudios han demostrado que el aumento de peso se debe más al exceso calórico total que al momento del día en que se consumen los alimentos. Lo importante es el equilibrio calórico a lo largo del día y no tanto cuándo se consumen ciertos macronutrientes.
Otro mito común es que los productos "light" son siempre la opción más saludable. Aunque estos productos suelen tener menos calorías o grasas que sus versiones normales, a menudo contienen más azúcares, sodio o aditivos para compensar la pérdida de sabor. Por lo tanto, no siempre son la opción más saludable, y es crucial leer las etiquetas para entender realmente lo que se está consumiendo.
En conclusión, es esencial cuestionar las creencias populares sobre la nutrición y buscar información basada en evidencia científica. Mitos como el de las vitaminas del zumo de naranja muestran cómo las ideas erróneas pueden persistir durante años, pero también cómo la divulgación adecuada puede corregir esas percepciones y ayudar a tomar decisiones más informadas y saludables.