Si bien los más jóvenes son los que más afectada han visto su salud mental con la pandemia, la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) destaca que en los últimos diez años ha atendido 9.637 casos de conductas suicidas de niños y adolescentes. 

De ellos, casi un tercio (3.097) ya habían iniciado la tentativa, según un reciente estudio de esta organización, que ha detectado solo en los tres años de covid (2020-2022) hasta 1.949 intentos.

A estos datos se les une los de Unicef España y la Universidad de Santiago, que ponen sobre la mesa en base a un estudio de 40.000 adolescentes que, el 15 % de los jóvenes españoles tiene síntomas de depresión “graves o moderadamente graves” y que un 10,8% ha tenido ideas suicidas.

A ello añadir que la recientemente aprobada Estrategia de Salud Mental del SNS 2022-2026 dedica un capítulo a la infantojuvenil, en el que destaca la importancia de “abordar, de forma precoz” este tipo de problemas desde la etapa de infancia y adolescencia, ya que el 70% de los trastornos mentales, en general”, se inician en esta fase.

“Para conseguir este objetivo -prosigue- es importante contar con profesionales con formación específica en este campo y que puedan dar una intervención de calidad”, profesionales que deben formar parte de “equipos multidisciplinares con cualificación específica en las etapas de la infancia y la adolescencia”.

INVERSIÓN DE FUTURO

El año pasado se creó la especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, un camino que no fue nada fácil.

Si bien los psicólogos clínicos esperaban ir a la par que los psiquiatras en la creación de la especialidad infantil y adolescente, no terminan de entender por qué no ha sido posible, cuando están convencidos de que sobran los motivos para su creación.

Los representantes de esta especialidad consideran que “se ha hablado mucho de salud mental y está muy bien, pero esto ahora se tiene que traducir en un apoyo a este tipo de propuestas que sabemos que supondrían una enorme mejora en la asistencia a la salud mental infantojuvenil”.

“Invertir ahora es invertir a largo plazo porque repercute también en la salud mental de los adultos”, zanjan los psicólogos.