En lo referido a la prehistoria y a la evolución de la especie humana, la provincia de Burgos es una de los principales y más completos escenarios y el yacimiento de Atapuerca su principal santuario. Pero no el único.
A 9 kilómetros de Atapuerca, en el municipio de Salgüero de Juarros, se encuentra el parque Paleolítico Vivo. Concebido como un proyecto para tener la oportunidad de vivir una inmersión total en la Prehistoria, en concreto en el Pleistoceno, en el Paleolítico y en el Neolítico contemplando el paisaje y su fauna, dando a conocer de manera práctica el día a día de los humanos que vivieron hace entre 14.000 y 5.000 años, aprendiendo de manera práctica sus técnicas de caza y sus modos de vida.
La parte referida a la fauna es importante, porque este parque se están reintroduciendo animales de esta época prehistórica, en concreto los grandes herbívoros de la época, que se había extinguido en la península pero que pervivieron en pequeñas poblaciones en lugares remotos de Europa, como el bisonte europeo, descendientes actuales de los intentos de recuperación tanto del caballo salvaje europeo, como el tartán o el caballo de Przewalski, o del mítico uro euroasiático, resucitado en cierta medida a través del uro (o bovino) de Herck. Todos ellos forman partes de programas europeos para evitar la extinción de estas especies
En un futuro, el equipo de biólogos, naturalistas y científicos que encabezan este proyecto tiene la vista puesta en incluir en este parque otras especies visitables existentes en la prehistoria, como el buey almizclero o el reno.
Los animales viven en cerramientos muy amplios, donde desarrollan su ciclo biológico en libertad, sin modificación alguna de su comportamiento. Son especies rústicas, salvajes, con lo que su manutención y cuidados al tener territorio, son casi nulos. El cuidado de los animales consiste en una vigilancia de status, control diario de población y cierres en los que son buscados para su exhibición mediante un vehículo especial a modo de safari africano.
Safaris para visitar el parque
Existen tres posibilidades de visitar el parque Paleolítico Vivo: En Jeep, la Mixta y la Visita VIP.
La visita En Jeep se realiza en grupo con una caravana de cinco vehículos que ofrecen 50 plazas. Tiene una duración aproximada de dos horas. Parte del centro de recepción de visitas, recorre los diferentes espacios por los que se mueven en los animales. El conductor-guía irá describiendo el ecosistema prehistórico, el proyecto y las diferencias ente nuestros antepasados y nosotros. Se incluye una parada en un campamento prehistórico para aprender a hacer fuego por fricción y practicar alguna arte de caza prehistórica. El precio es de 17 euros los adultos y 14 los niños entre 4 y 12 años. El grupo mínimo es de 6 personas y hay que reservar con antelación.
La vista Mixta alterna, en sus dos kilómetros y una duración de dos horas y media, el recorrido a pie, la mayor parte del trayecto, con el jeep, que se emplea para recorrer con seguridad los terrenos del bisonte. Con la compañía de un guía, el recorrido pasa por diversas localizaciones, temáticas y tiempos, que incluyen: fauna prehistórica con aproximaciones, campamento prehistórico, pinturas y elaboración, la importancia del agua, recursos del hombre y caza, botánica, geología. La parte final de la visita es jeep y transcurre por el área de los bisontes. En este caso los precios también son de 17 euros los adultos y 14 los niños entre 4 y 12 años.
La Visita VIP es un safari totalmente personalizado en todo terreno y que discurre por un recorrido diferente a los anteriores, permitiendo un acercamiento mayor a los animales y a los recursos naturales con la posibilidad de hacer paradas intermedias. Incluye un almuerzo y un recuerdo exclusivo. La duración de la visita es de 2:30h y el precio por el coche completo es de 150€.. Es para un grupo de 6 personas como máximo.
Llega el Neolítico
Si todo lo anterior hace referencia al Paleolítico, hace 14.000 años, el equipo de este parque también prepara una visita al Neolítico, el periodo en el que la especie humana comenzó a desarrollar el pastoreo y la agricultura, abandonando paulatinamente la vida nómada del cazador-recolector, y que se desarrolló hace entre 8.000 y 6.000 años. Es el periodo en el que los historiados sitúan el final de la prehistoria. Para ello han puesto en marcha el proyecto Neolítico Vivo.
Este recinto se levanta junto al arroyo Salgüero y tiene varias hectáreas de de extensión. Allí se pueden ver una serie de cabañas y elementos característicos de este periodo prehistórico. De momentos sólo esta disponible dentro de las Vista VIP y para las excursiones organizada de grupos escolares.
En este nuevo complejo se pueden observar cabañas circulares de tapial y brezo, ahumadores de carne, secaderos de pescado, hornos, telares, cultivos, corrales y muchos elementos típicos de aquel periodo. Durante el recorrido el visitante experimentará, mediante demostraciones prácticas, cómo era la vida y el día a día de aquellas gentes. En lo referido a la fauna, se conocerán a los descendientes de los primeros animales domesticados: el caballo losino y la oveja ojalada castellana.
OTRAS VISITAS EN LA ZONA
Para completar una día de excursión en esta zona, también se puede visitar el Yacimiento de Atapuerca con sus diferentes posibilidades como el Museo de la Evolución Humana, el Centro de Arqueología Experimental, Atapuerca al Natural y Atapuerca Espeleo.
También se puede visitar Mina Esperanza, a 18 km de Paleolítico Vivo, en Olmos de Atapuerca. Se trata de un complejo minero que a lo largo del siglo XX explotó los yacimientos de hierro que aquí se encontraron. Se recorren diversas galerías y salas, una de las cuales alberga el único museo subterráneo de minerales de Europa. Se podrá vivir en primera persona la experiencia real de los minero, incluida la de picar pared.
Algo más alejado, a 80 km esta el yacimiento de Rauda Vaccea, el parque arqueológico de Roa de Duero. Es un recorrido muy completo desde las sociedades cazadoras-recolectoras, el desarrollo del Neolítico y los pobladores prerromanos, los vacceos.
