Al menos nueve personas murieron, entre ellos tres niños, y otras 77 resultaron heridas como consecuencia de una serie de bombardeos de fuerzas del Gobierno sirio contra cinco campos de desplazados al oeste de Idlib, en el norte del país y casi en la frontera con Turquía, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

La organización denuncia que los ataques han sido efectuados con al menos seis cohetes cargados con munición de racimo, declarada ilegal por las leyes de la guerra dado su alcance indiscriminado.

El grupo precisó que entre los fallecidos hay siete civiles (otras dos personas no habían sido identificadas) y también aprovechó para denunciar otros cuatro bombardeos adicionales de aviones rusos, aliados de Damasco, sobre el oeste de Idlib. Según el servicio de rescate de los Cascos Blancos, “muchos de los heridos se encuentran en estado crítico”.

Estos cohetes habrían sido disparados, desde “posiciones de las fuerzas del régimen” cerca del aeropuerto de Neirab, en Alepo.

Al menos una mujer falleció también en estos ataques, que alcanzaron los campos de Maram, Watan, Wadi Haj Jaled, Baiba y Kafr Rouhain, así como la localidad de Maureen.

Poco después, el Observatorio anunció nuevos bombardeos de artillería en las afueras de Ariha, Urm al Yuz, Bayannin, Safuhan, Al Fatirah, Kfar Awaid, Al Ruwaihah y Shannan, en la campiña de Idlib, así como en las vecinas provincias de Hama y Alepo hasta sumar ataques a un total de una veintena de objetivos en las últimas horas.

El lanzamiento de los cohetes se produjo al día siguiente de que cinco miembros de las fuerzas sirias en el suroeste de Idlib murieran en un ataque de un grupo afiliado al grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS), el antiguo Frente Al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria.